✧𝙺𝚊𝚒𝚣𝚘𝚔𝚞 𝙽𝚘 𝙴𝚒𝚢𝚞✧

Capitulo 3

Había pasado una semana desde que la pequeña Himiko había quedado a su cuidado. Podía decir que esperaba que cuidarla fuera difícil, pero la rubia era muy tranquila y le gustaba ayudarle en cualquier deber de la casa. Claro que él solo le permitía cosas simples. Aunque lo que sí había sido algo cansado era trabajar en el pequeño restaurante, pues había pedido algunas horas extras. El único detalle era dejar sola a Himiko, que aunque se ponía triste y se aterraba al pensar que el la abandonaría, esta terminaba aceptando quedarse siempre y cuando el le asegurara que le llamaría en pequeños ratos de sus descansos para asegurarle que no la iba a dejar sola, en esa parte sentia que su corazon se estrujaba en dolor por que la pequeña tenia miedo a que el la dejara o maltratara como sus padres pero el jamas haria eso el no sería un idiota.

Lo bueno es que a principios de la segunda semana había aparecido Tsukauchi con la noticia de que podría seguir con el cuidado de Himiko, ya que su investigación había juntado pruebas suficientes por maltrato infantil y negligencia llevando a ambos padres a un arresto. Aunque ambos padres preferían ser arrestados con tal de deshacerse de la menor, alegando que ellos solo no querian un fenómeno como hija, algo que en serio le hacía hervir la sangre. Pero no podía hacer nada,  aunque los trámites para tener la custodia completa tardaria a lo mucho un mes o mas ya que era algo lento.

La noche había sido mala, pues la  pesadilla de la guerra y su muerte regresó a su mente, por lo que no podía dormir. Estaba sumido en sus pensamientos, tratando de disiparlos, hasta que sintió cómo una pequeña manita jalaba su sábana, haciéndolo voltear, notando que era la pequeña rubia, la cual tenía rastros de haber llorado.

- Hey, ¿qué pasa? -En ese momento, se levantó de su cama para tomar a la menor en brazos.-
- Tuve una pesadilla, soñé que me dejabas por ser un monstruo. Es raro que me quieras y cuides aún siendo así por eso vine, perdon por despertarte.
- A ver, primero no debes disculparte, segundo hemos hablado sobre esto -Con sutileza, limpiaría las lágrimas de la rubia.-   Tú no eres un monstruo, eres una niña muy linda. Eres única; pero a la gente tonta no le gusta lo que es diferente, por eso no debes hacerles caso.
- Trataré pero es algo complicado
- lo se, tu situación no fue buena asi que debés llevar todo con calma
-Gracias... Aunque me preguntaba, si yo... Podria... ¿puedo dormir contigo?
- Claro que sí, despues de todo no podía dormir, así que yo cuidaré tu sueño. Puedes dormir tranquila, nada malo pasará. Mientras yo esté, nadie te volverá a lastimar. -En ese momento, el pecoso se acostó, acunando a la rubia a su lado la cual se acurruco-
- Gracias

Después de haberse acomodado, Himiko quedó dormida después de unos minutos, lo que ciertamente lo hizo feliz. En ese momento, la imagen de cuando dormía junto a Luffy llegó a él; estaba seguro de que a el también le agradaría la pequeña rubia.

Era un buen día, ya que era su día de descanso, el cual aprovechó para salir a comprar ropa nueva para su pequeña rubia. Aunque en el trayecto, cierto héroe turbo los encontró y los acompañó la mayoría del camino, pero este tuvo que irse a prisa cuando se presentó un atraco a un banco, dejando a ambos solos habia sido agradable haber pasado un momento con tensei, aun asi siguieron con su recorrido terminando en comprar su despensa para la semana, por eso la pequeña rubia daba pequeños saltitos sin soltar la mano del pecoso el cual checaba si le faltaba algo

- Ace, ¿podemos ir por un helado?
- Claro que sí, es un buen postre despues de un buen rato de estar comprando
- ¿Crees que haya de sangre?
- Tensei mencionó una heladería que hace helados con un sustituto de sangre para aquellas personas con Quirks mutantes o capacidades como la tuya.
- ¿Entonces no es raro un helado de sangre?
- Para nada, aunque es poco común, sí hay alternativas; solo que no habías tenido la oportunidad de probar eso. Pero te aseguro que eso va a cambiar.
- ¡Qué bien! Entonces no soy rara.
- Y, aun si lo fueras, lo raro es más genial que lo aburrido. Pero aún así, Debes saber que todo en ti está bien, ¿entiendes?
- Sí, gracias Ace, eres el mejor.