Esto ocurrió hace seis años, cuando estaba solo en casa con mi amigo Manu en la sala, mientras jugábamos a las escondidas americanas, por suerte, me encontró, prepare los labios para que los probaras y yo probar los suyos, pero cuando estaba a menos de cinco centímetros de probarlos se apartó, y caí al suelo como un payaso de circo.
-¡Hey, eso no vale! exclamé.
-Son las reglas del juego, yo decido si dártelo o no. Respondió con la voz mas sexy que escuche en los catorce años de mi vida.
El tenia razón, ya que así eran las reglas del juego, pero ni pude aguantar dos segundos más, y sin resistir, le di un beso, pero su único reflejo, fue apartarme con un empujón que me hizo caer al suelo de nuevo.
Al día siguiente, nos cruzamos en la escuela y me ignoró, como era normal─ pero lo que yo no sabia, era el plan que tenia, al salir de la escuela, vi que estaba esperando a alguien, y me acerqué para preguntarle, pero al verme, me tomo de la mano y me llevo a su casa.