En el camino, encontramos un camión de helados, y fuimos tomando el helado mientras nos sentamos en un banco a ver el atardecer.
Después de eso, fuimos a su casa a jugar algunos vídeo juegos, incluso hubo algún pequeño acercamiento, eso derritió mi corazón, incluso me invito a dormir, y acepté, avisé a mi madre y también aceptó.
Un rato más tarde se fue a duchar, y se le olvido la camisa, salió del baño para ir a por ella, y fue grandioso lo que vi en ese momento, cogió su camisa para prepararse e ir a dormir, nunca olvidare ese momento, pero lo que pasó esa noche me dejó atónito, fuimos a dormir, y al poco rato, el se acerco a mi con su mano en mi pecho y hubo un roce entre cuerpos, lo deje pasar, pero mi corazón latía mas rápido que un águila cazando un conejo, y el notó eso, entonces me preguntó.
-Oye, ¿todo correcto? te noto nervioso~
Intenté hablar pero las palabras no salían de mi boca, estaba tan nervioso que ni podía hablar, así, que supuse que hacerme el dormido era la mejor opción, pero esa mentira no duro mucho, pues se levantó de la cama, y vio mis ojos abiertos.
-no hay necesidad de mentir, cariño~
Después de eso, no hubo nada más cariñoso, aparte de nuestra amistad, hasta el año siguiente, cuando tenía quince años, me seguía gustando el mismo chico, Manuel, y algunas veces, el actuaba raro, incluso cuando me veía, se iba con nerviosismo, entonces, decidí hablar con mi amiga, Lucía y Noa sobre este extraño tema
L-¡Tienes que decirselo!
S-¿¡pero me da vergüenza, y si me rechaza y se ríe de mi!?
N.-¡Pff, por favor! Dijo Noa sarcásticamente, !se ve claramente que le gustas¡
S- ¿Tu crees?
L- No es que lo creamos, !Lo sabemos¡
S- Vale... lo intentaré...
L y N- !!!A por el, león¡¡¡
