III.

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Harry puede simpatizar con Louis, pero sentir empatía es otra cosa totalmente distinta.

Su relación con sus padres es más ceremonial que nada – él luce bien en traje y puede encantar a quien sea que sus padres necesiten impresionar sin ningún esfuerzo, en cenas, eventos de negocios, y algunas otras cosas más: La hermosa familia Styles siempre se luce con su hijo perfecto e inmaculada casa y su brillante reputación.

Harry gira ociosamente la pajilla de su soda, sonriendo perezosamente a la hermosa hija de uno de los socios de negocios de sus padres. Ella le da una sonrisa irónica, inclinando la copa de champán hacia él. 

"Estas funciones son útiles para esto, no?" Ella dice, levantando su copa. "Ni siquiera necesite traer mi credencial falsa."

Harry asiente. Ella se muerde el labio más bien con anhelo mientras toma un largo sorbo, su garganta moviéndose atractivamente. "Con quién estás, entonces?" él pregunta.

"Oh, importa? Solo soy un resumen a este punto."

"4.0 GPA*, y estudiante de Oxford por si preguntas," Harry recita su discurso, guiñándole. "Y no tengo novia, por ahora. Estoy demasiado ocupado con mis extracurriculares."

"Estudiante de honor. Cambridge, hay algo más?" Ella lo ha ensayado bien. Harry levanta una ceja, impresionado mientras ella continua. "'Practico ballet y canto, ocasionalmente -- oh, tuve el papel de Clara en la pasada producción de El Cascanueces y he participado en todas las obras del colegio desde que tenía 11 – pero por supuesto nunca dejo que mis actividades interfieran con mis estudios. Es bueno, no?" 

Harry sonríe, asintiendo. "Es verdad, todo eso?"

"Algo," se encoge de hombros, mirándolo tímidamente sobre el borde de la copa. "Si quieres ir a otro lugar menos casual-de-negocios, estoy segura de que podemos aprender más acerca de nosotros."

El cabello de Harry cae en sus ojos un poco. Él se inclina contra la pared, dedos apretando alrededor de su bebida. Es una oferta atractiva.

"Una chica que sabe lo que quiere?" Harry murmura con una sonrisa bordeando en la comisura de su boca. "Me gusta," él admite, tomando otro sorbo de su bebida. "Muéstrame el camino, mi pequeña estudiante-ballerina de Cambridge."

Ella alza una ceja ya que probablemente pensó que no estaba escuchándola. De todas formas ella termina de rodillas para él en el baño del restaurant. Es pequeño, estrecho, y sofocantemente elegante. Música de opera italiana se puede escuchar desde la esquina, y Harry llega justo cuando el cantante lamenta la nota final.

Él podría contar al menos otras cien historias como esa. Conquistas en el baño, coqueteos del salón de baile del hotel. Niñeras que se ha ganado. Una sirvienta que se cogió en la habitación de sus padres – dos veces, actualmente.

Y después lo que le siguió -- largos, y silenciosos paseos en el carro con sus manos en su regazo mientras sus padres se sentaban sin hablar en los asientos del frente con su lujosa y no arrugada ropa. Una gran casa vacía. Harry ha aprendido a cocinar para él. Hace ejercicio obsesivamente. Ha aprendido como gastar el dinero de sus padres de manera que los logre sacar de sus casillas -- incluso si su desprecio sólo dura una hora o dos para después regresar a lo mismo, a pesar de sus nuevos tatuajes o de la nueva chaqueta de cuero o la nueva adición de Harry para su colección de autos deportivos de lujo. Su familia probablemente lo ama, pero el duda que lo entiendan. Demonios, ni él mismo se entiende.

Él empezó a volverse loco por la necesidad de tener compañía. Es bueno para hacer amigos –- ese tipo de amistades que empiezan rápidamente y son duraderas. Es a la vez una predilección natural y una habilidad que aprendió. Él es popular en donde sea que este, incluyendo la nueva escuela a donde se transfirió a los diecisiete por el trabajo de su padre. Tenía miedo, por un momento, de que probablemente perdería el imperio que construyo, pero por supuesto lo único que tuvo que hacer fue construir uno nuevo, y todo lo que tuvo que hacer fue sonreír algunas veces y sacudir su cabello y algunas encantadoras palabras en el momento indicado. Ni siquiera el chico dorado, Sr. Estrella de  Fútbol  Louis Tomlinson, pudo resistirse al encanto de Harry Styles.

--

Harry recuerda la primera vez que vio a Louis Tomlinson.

Harry estaba sentado en las escaleras, fresco desde Cheshire y en su nueva escuela. Él era el chico con hoyuelos y rizos del que todas las chicas ya estaban hablando. Tenía sus auriculares bien puestos en sus oídos, su cabello moviendose salvaje con el viento, las mangas de su sueter recorridas hasta los codos mientras esperaba a su hermana mayor para que lo recogiera. En su iPod sonaba Kings of Leon a todo volumen. Quería escuchar algo cool en caso de que alguien se acercara.

Una balón de Fútbol rodó en medio de sus pies. Harry levantó la vista.

Observo al chico en partes -- ojos azules como el invierno, sonrisa tan dulce como el verano, suave cabello como la miel y mejillas doradas. Tenía una corona de rayos de sol en su cabeza.

"Hey, rizado!" Él chico tenía su mirada justo en el. Harry solo parpadeó.

"Sé un buen chico y pasa el balón, si?"

Harry revolvió su cabello y se puso de pie. Los ojos del chico siguieron la larga extensión de sus piernas. Cuando se encontró con los ojos del chico de nuevo, podría jurar que el chico le guiñó.

"Eres nuevo, entonces?"

"Oi, carajo Tommo, vamos, por qué siempre tienes que quedarte a platicar--" Uno de sus amigos gritó, un chico con cabello negro y tatuajes en los brazos.

Él chico se acerco un poco más, ignorando a su amigo completamente. Una sonrisa se empezó a formar en los labios de Harry.

"Si, acabamos de llegar. Soy Harry. Harry Styles."

"Creo que ya he visto tu nombre escrito en el baño de chicas, amigo," el chico dice descaradamente.

"Oh? Y que estabas haciendo en el baño de chicas?" Harry respondió facilmente. Los ojos del chico brillaron.

"Usa tu imaginación," Él guiño, sus ojos en Harry mientras caminaba de reversa hacia sus amigos. Harry observaba la forma en que el sol cubría su piel como si no pudiera tener suficiente de él.

"No sé tu nombre!" Harry le gritó.

"Confía en mi, pasa más tiempo en esta escuela y te enterarás pronto!" Él guiño de nuevo. Finalmente dándose la vuelta para ir con sus amigos. Los ojos de Harry inmediatamente encontraron el camino hacia sus caderas y su trasero, su pequeña cintura y la parte sobresaliente de sus omóplatos.

Monsters at home.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora