Capítulo 1: Una bendición o un error

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Hinata se sorprende de sí misma por haber hecho algo así tan pronto en su vida. Está en su cuarto de baño con un test de embarazo en la mano, intentando averiguar por qué ha llegado hasta aquí en primer lugar. Hinata y Naruto tienen una vida sexual activa. Ella lo sabe, pero siempre fueron muy cuidadosos. El único caso en que no lo fueron fue durante su tercer aniversario, lo que llevó a algunos momentos muy acalorados entre ellos. Ahora, unos 3 meses después, todavía no le ha venido la regla. Ella pensaba que era porque le estaba aumentando el apetito y estaba engordando, pero eso también parecía una señal de alarma. Así que aquí está ahora, intentando descifrar esta prueba de embarazo. Hasta ahora ha superado todas las pruebas de su vida, todas relacionadas con el colegio. Ésta es la que no quiere pasar, pero es demasiado pronto.

Esto tiene que ser sencillo, ¿no? pensó Hinata, mientras intentaba abrir la caja. Cuando lo hizo, se aseguró de leer detenidamente el manual que lo acompañaba y compró tres pruebas para estar segura. Tras leer el manual dos veces seguidas, respiró hondo.

Esto está bien, Hinata. Todo irá bien...

Lleva unos diez minutos mirando el test.

'Esto debe ser un error', dijo Hinata en voz baja, pasándose una mano por el pelo. Dos líneas rojas, positivo. Hinata se sorprendió. Abrió otra caja para hacer la segunda prueba.

Dos líneas rojas más. Empieza a llorar. Todavía no quiere creerlo. Preparó la tercera, esta vez más frenéticamente. Sus acciones se vuelven más angustiosas y la prueba cae al suelo. Cuando la recogió, sintió que ya se le caían las lágrimas. No se lo cree.

Dos líneas rojas más. Se tapa la boca con las manos, intentando acallar sus sollozos. No sabe qué hacer. Siente que le flaquean las rodillas y que de repente le pesan. Se sienta en el suelo del cuarto de baño y se abraza las rodillas. ¿Y ahora qué? Sólo tiene 17 años, y Naruto también. ¿Qué habrán hecho?

Después de media hora sentada en el suelo, Hinata ya había experimentado una montaña rusa de emociones. Primero, se echa a llorar porque está muy asustada. Tiene miedo de lo que le depara el futuro, miedo de su familia y miedo de cómo pueda reaccionar Naruto. Luego sonreirá, con las manos en la barriga, todavía relativamente plana, y pensará en lo que le depara el futuro. Llevaba así media hora. Se levantó y miró al espejo. En el tocador están las tres pruebas que se hizo. Está hecha una mierda. Hace acopio de todas las fuerzas que le quedan y sale del cuarto de baño y se dirige a su dormitorio.

Se alisa el pelo y se arregla la ropa. ¿A quién puede llamar? Naruto sigue en su trabajo a tiempo parcial, y ella no puede decírselo en mitad del día después de llorar durante una hora. Se dará cuenta de que algo va mal en cuanto la vea. Necesita hablar con alguien.

"¿Hanabi-chan? Soy yo", llama Hinata a su hermana mientras llama a la puerta, intentando sonar lo más tranquila posible. Escucha pasos corriendo hacia la puerta y a Hanabi abriéndola.

"¡Eh, Onee-chan!" "¡Entra!" En cuanto Hanabi vio a Hinata, la invitó a pasar a su habitación. A Hanabi no le gusta cuando las criadas van a su habitación sin ser invitadas, así que siempre cierra la puerta con llave. De hecho, no quiere a nadie en su habitación excepto a su hermana. Hinata no suele ir a la habitación de Hanabi, pero ésta suele irrumpir en ella. Hinata no cierra la puerta con llave, así que cuando Hanabi oyó a su hermana mayor en su puerta, sintió curiosidad.

Mientras Hinata se sentaba junto a la cama de Hanabi, ésta la miró fijamente por un momento, de pie frente a ella. Tuvo una visión completa de la cara de su hermana mayor y fue entonces cuando se dio cuenta de algo.

"Onee-chan, ¿has estado llorando?" Preguntó Hanabi, con su voz llena de preocupación. Hinata no respondió, lo que hizo que Hanabi se preocupara aún más.

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