Naruto - Nosotros

Capítulo 5: Oportunidades y sacrificios (2)

Naruto sabe que ha metido la pata, pero cuando Hinata mencionó que va a conseguir un trabajo, no pudo evitar sentirse un poco enfadado consigo mismo, no con ella. ¿No está trabajando lo suficiente? ¿No se esforzaba lo suficiente? ¿No era lo bastante bueno? Estaba enfadado porque sabía que era su propio pensamiento. Sabía que Hinata sólo quería ayudar, pero él quería que ella descansara. Quería dárselo todo. Su turno era sólo hasta el almuerzo, así que trató de ocuparse para aclarar sus pensamientos.

"¿Quieres parar?" oyó decir a Kiba mientras preparaba el pedido del cliente. Naruto lo miró y ya se sentía molesto. No quería discutir con nadie en este momento.

"¿Qué?"

"Te ves tan concentrado y enojado... estás asustando a los clientes".

"Nadie parece asustado, Kiba. ¿Puedes callarte?" Naruto pone los ojos en blanco. Ahora mismo no está de humor para nada.

"Bueno, tú me estás asustando a mí, ¿así que puedes parar?", dice, mirando a su amigo, que ahora actúa como si fuera un animal salvaje en fuga, taza y platillo en mano, como si tratara de defenderse de Naruto. Suelta una pequeña risita, moviendo la cabeza con desaprobación. Kiba vuelve a erguirse, esta vez bastante serio.

"Así está mejor. Shikamaru me dijo que estabas buscando otro trabajo", esto llamó la atención de Naruto. Él solo asiente; es por eso que está tan estresado. No encuentra ninguno, así que espera a que Kiba continúe.

"¡Idiota! ¡No me lo habías dicho! Soy tu ángel, sabes que te estaré bendiciendo y demás" Kiba lanzó sus manos al aire, dando vueltas y lanzando un poco de confeti invisible, actuando como un verdadero idiota. Naruto dejó escapar un suspiro. ¿Cómo puede ser amigo de alguien tan tonto como Kiba? Pero él también es tonto, así que no puede discutir eso.

"Vayamos al grano, Kiba. Te juro por Dios que quiero darte un puñetazo ahora mismo", chistó juntando los puños.

"¡Cálmate! No golpees a tu ángel de la guarda", Kiba retrocedió, no quería recibir ningún golpe suyo. Se miraron y se rieron. ¿Cómo podían ser tan estúpidos? Comenzaron a golpearse juguetonamente, actuando como chicos normales de secundaria. Naruto se sintió mejor. Tal vez esto era lo que necesitaba: tiempo para estar así.

"Como iba diciendo, mi hermana está buscando a alguien que limpie en su clínica veterinaria todos los martes y viernes".

"¿Limpiar?"

"Sí, barrer el suelo y esas cosas. La paga es bastante decente por un turno de dos días cada semana", Kiba se encoge de hombros. Los ojos de Naruto se abren de par en par, su cara y su humor se iluminan ante la oferta de Kiba. Sostiene su sonrisa y mira a Kiba. Se acerca a él, actuando como si fuera a abrazarlo, luego golpea el brazo de Kiba juguetonamente mientras se ríe.

"¡Oh, gracias, mi ángel de la guarda!". Kiba se ríe y le devuelve el puñetazo. ¿Qué puede decir? Puede que sus amigos sean un poco lentos, pero los amigos son los amigos.

***

Después de charlar con Kiba, se sintió mucho mejor. Puso sus pensamientos en orden y su humor se levantó. Es increíble cómo una simple conversación puede hacer una diferencia tan grande. En aquel entonces, este tipo de charlas formaban parte de la rutina diaria, pero hoy realmente lo necesitaba. Era un recordatorio de que tiene amigos que siempre están ahí para él y dispuestos a ayudarle. Sus pensamientos se interrumpieron cuando recordó que ninguno de sus compañeros sabe que Hinata está embarazada. Le han ayudado mucho, pero no les ha informado de este detalle tan importante. Hizo una nota mental para ponerse al día con todos y compartir la noticia.

Cuando salió del aparcamiento de su apartamento, eran poco más de las dos de la tarde. El sol pegaba fuerte, así que se apresuró a entrar para llegar a casa lo antes posible. Tenía que compensar a Hinata por lo que habían hablado aquella mañana. Respiró hondo antes de abrir la puerta, esperando que Hinata estuviera justo en el salón para poder hablar con ella cuanto antes.