Una Cita Entre Amigos

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Capítulo 2: Una Cita Entre Amigos

El sol caía sobre la ciudad mientras Armando esperaba en el punto de encuentro. Aunque no entendía del todo por qué, había sentido una ligera emoción al pensar en esta reunión. La tarde era perfecta: una brisa suave y el sonido constante de la vida de la ciudad lo rodeaban mientras el esperaba. Pronto, Lucy apareció entre la multitud, con una sonrisa que irradiaba una calidez única.

-¿Listo para el recorrido turístico? -bromeó ella, dándole una leve palmada en el hombro.

Armando asintió con una sonrisa amable, y juntos comenzaron a caminar hacia el parque. A medida que avanzaban, Lucy señala una tienda de televisiones donde se mostraba en las noticias a 2 heroes luchar contra una gargola gigante de piedra, compartia su interes por los suoer heroes mientras su miraba brillana y su sonrisa crecia. Él la escuchaba con una gran atencion, encontrando en cada palabra algo interesante mientras una idea salia de su mente. La risa de ella era contagiosa, y la forma en que sus ojos brillaban al contar sus gustos lograba hacer que Lucy se sintiera segura.

Mientras descansaban bajo la sombra de un árbol, Lucy lo miró con curiosidad.

-Es curioso, parece que nunca hubieras estado en una ciudad como esta. Nisiquiera sabias que era un heroe -comentó, observándolo con una pequeña risa-. ¿Acaso vivias en las montañas?

Armando vaciló un momento, buscando palabras que pudieran explicar su falta de atencion a todo esto.

-Es... complicado. Digamos que crecí en un lugar donde el mundo no era tan... vibrante -dijo, forzando una sonrisa-. Y, bueno, supongo que a veces me cuesta entender todo esto, nunca eh sido de la tecnologia.

Ella sonrió comprensivamente.

-Supongo que entonces tendrás mucho que aprender. No te preocupes, yo te mostrare todo lo que debes saber -dijo Lucy, con una sonrisa que hizo sentir a armanso un cosquilleo inesperado.

A lo largo del paseo, Armando sintió cómo esa chispa de emoción comenzaba a crecer, volviéndose cada vez más difícil de ignorar. Aunque intentaba pensar en otra cosa, en sus responsabilidades, en su misión, su mente regresaba a ella, a su sonrisa, a la calidez que parecía rodearla. Esto no está bien... no debería estar sintiendo esto.

Cuando llegó el atardecer, se despidieron con una promesa de volver a verse. Armando observó cómo Lucy se alejaba, tratando de apagar la emoción en su pecho, una emoción que, aunque desconocida, comenzaba a tornarse imposible de ignorar.

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El Guardián exiliadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora