Y ante todo pronostico, nos volvimos a encontrar, sus ojos tan hermosos, marrones como el café brillaban a la luz del sol, y esos risos castaños, perfectamente estilizados, tu piel clara como la nieve, sus mejillas sonrojadas y esos labios levemente rosados, cada detalle de él empezaba a cambiar lentamente algo en mi interior, aquel sentimiento cálido volvió, era raro porque a penas nos estábamos conociendo, a penas nos habían presentado , pero sentía que lo conocía de toda la vida. Era una conversación tan entretenida que parecía que no nos aburríamos de la charla del otro. En aquella reunión hablamos sin parar, y darnos cuenta de todas las cosas que no teníamos en común era desalentador, pero era como si a la vez encajaramos a la perfección. Bailamos, reímos, bromeamos y al terminar fuimos a comer unas hamburguesas, y ahí mientras estábamos sentados hablando y riendo, al llegar la comida y quitarle el tomate a mi hamburguesa, me di cuenta que ibas a ser perfecto para mi, porque mientras que yo odiaba los tomates, tu los amabas.
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cartas de un Joven Corazón
PoetryAquellas palabras que nunca se dijeron pero se sintieron de manera tan intensa que el corazón palpita con dolor sus alientos del amor