Te Regalo Lo Quiero [BrightWin]

3. Si, ella tiene un hijo y se llama Bright

Win

—No papá, esta en terapia —Dijo la señora Chivaaree y yo levante la ceja y puse atención ¿Terapia?

Ella siguió hablando por teléfono y yo suspire concentrándome en la computadora frente a mi. La señora Chivaaree diario hablaba por teléfono con cualquier de su familia: su hermana, su otra hermana, prima, sobrina, su padre, amigas. Es bastante sociable y alegre.

Y como yo soy un poco... ¿informativo? ¿Curioso? Asi que pregunte —¿Usted va al terapia?

Ella negó —Oh no, es Bright.

—¿Bright?

—Mi hijo —Sonrió

Quizá me vi muy intrusivo, pero finalmente le pregunté —¿Va terapia? ¿Por qué?

Ella me miro en silencio y después a otro lugar de la oficina —Bright, necesitaba... Entender algunas cosas.

Levante la ceja y espere no verme tan juzgón —¿Cuántos años tiene?

—Bright cumplirá 25 en diciembre —Sonrio.

¿Por qué sonreía? ¿Le alegraba que él tuviera que estar en terapia? No lo creo, creo que a ningún padre o madre debe alegrarse de que su hijo vaya a terapia, pero no me corresponde, no soy padre.

—¿No debería pagar su terapia el mismo? —Pregunte.

Ella se quedó pensando y negó ¿Por qué? Quiza la señora era de esas madres que cuidan mucho a sus hijos e instintivamente hice poker face.

—Win ¿Alguna vez has ido a terapia? —Pregunto ella y negué.

—No lo necesito.

Y sonreí, pero ella me dio una sonrisa como... teniéndome pena o compasión. Formando un silencio incómodo.

—Que bueno —Dijo cortando aquel silencio y sonrió ahora más amable.

...

Había tenido un día rutinario, incluso fui a comer algo cuando la señora Chivaaree me dijo que era un día “ligero” por no tener mucho en qué ocuparnos.

No tenía mucho dinero así que solo compré un sándwich de una tienda convencional, lo comía rápido cuando note que había comprado agua en la mañana y la había dejado en la mochila.

Suspiro cansado, me dolían los pies e hice una mueca cuando empecé a caminar de vuelta. Me di el lujo de caminar despacio, hasta cruzar la calle y quedar frente a las escaleras que daban frente al edificio.

Él estaba ahí.
Con un traje negro y el cabello arreglado, serio. Tal vez incluso intimidante y puede que al verlo desde abajo lo vi alto aún si es más bajo que yo.

Pase saliva por mero nervio, porque me estaba observando incluso sin parpadear, como loco. muy fijo y yo me quedé inmóvil cuando finalmente parpadeo porque alguien lo llamo.

—¡Bright!