prólogo

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Desde pequeña, Elara siempre tuvo una relación especial con Ravenshire. Susurros lejanos, formas que parecían danzar en las sombras, y una sensación de calma que solo encontraba entre los árboles le habían hecho sentir que ese bosque la entendía… o la llamaba. Mientras otros aldeanos lo evitaban, Elara se dejaba llevar por el encanto de los senderos olvidados, sin sospechar que esa atracción era mutua.

Un día, en uno de sus paseos, Elara descubrió un claro oculto, donde los árboles se inclinaban formando un círculo perfecto. Al pisar el centro, sintió cómo una energía antigua la recorría, despertando en su mente imágenes de antiguas criaturas y lugares desconocidos. Era el bosque mismo mostrándole su esencia, confiándole secretos que solo unos pocos podían entender.

Sin saberlo, Elara había despertado algo profundo en el corazón de Ravenshire. Al descubrir su don, el bosque decidió "reclamarla" para sí, atrapándola entre sus raíces y sombras como un guardián de sus secretos. La gente del pueblo creía que Elara había desaparecido sin rastro, pero Lena no podía aceptar esa idea. Sabía que su hermana no abandonaría el pueblo… y menos a ella.

Así, Lena, decidida a encontrar respuestas, se adentró en Ravenshire, guiada solo por los vagos recuerdos de las historias que Elara solía contarle sobre sus paseos. Fue en una de esas noches, perdida entre la niebla, cuando escuchó un susurro que parecía venir de los árboles: "¿Por qué vienes a buscar lo que ya pertenece al bosque?"

Siguiendo la voz, encontró a Aiden, quien le reveló la verdad: el bosque había reclamado a Elara como una "guardián" de sus secretos. Si Lena quería salvar a su hermana, tendría que demostrar al bosque que su amor y sacrificio eran más fuertes que su poder… y aceptar el riesgo de quedar ella misma atrapada en el proceso.

🌲EL SUSURRO DEL BOSQUE 🌲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora