I LOVE YOU, BOY | YOONMIN [COMPLETA]

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Capítulo 28: ¿Qué estamos haciendo?

Yoongi no perdió tiempo en cerrar la puerta del baño, sus manos recorriendo la espalda de Jimin con una necesidad que no podía ocultar. Las ropas mojadas se adherían a sus cuerpos, pero a medida que los besos se intensificaban, esas prendas comenzaron a caer al suelo, dejando sus pieles expuestas y brillantes bajo la tenue luz del baño.

Con un movimiento decidido, levantó ligeramente al menor, guiándolo hacia la regadera. El agua tibia cayó sobre ellos, deslizándose sobre sus cuerpos y mezclándose con las gotas que ya los empapaban. Jimin dejó escapar un suspiro, sus manos subiendo hasta el rostro de Yoongi, sus dedos delineando la línea de su mandíbula antes de descender lentamente por su pecho, explorando cada detalle de su piel con una suavidad que hacía que el corazón de Yoongi latiera con fuerza.

Los labios del alfa encontraron el cuello del menor, dejando pequeños besos que parecían prender fuego a cada rincón de su piel. Jimin dejó caer su cabeza hacia atrás, permitiendo que Yoongi explorara mientras él deslizaba sus manos hacia su cintura, sus dedos temblando ligeramente por la intensidad del momento.

Yoongi dejó escapar un gemido bajo, apoyando su frente contra el hombro de Jimin, su respiración pesada mientras recargaba su peso contra los azulejos. La forma en que Jimin lo tocaba era lenta, delicada, casi como si quisiera memorizar cada reacción que lograba arrancar de él.

El pelinegro llevó una mano a la pierna de Jimin, levantándola suavemente hasta engancharla sobre su cadera, mientras la acariciaba con cuidado. El agua continuó cayendo sobre ellos, creando un telón traslúcido que los mantenía aislados del resto del mundo.

Jimin sujetó la nuca de Yoongi, acercándolo un poco más, sus respiraciones mezclándose, sus labios a escasos centímetros de distancia. Todo el aire parecía cargado de electricidad, y en ese momento, no había prisa, solo la necesidad de estar el uno con el otro, de encontrar un refugio en la piel del otro. Y así, sin apartar la mirada, Yoongi cerró la distancia nuevamente, sus labios rozando los de Jimin en un beso lento, profundo, que parecía hablar de todas las emociones contenidas, de todo el deseo que habían guardado por tanto tiempo.

Con cuidado, Yoongi cerró el agua de la ducha, dejando que la cálida humedad se convirtiera en una neblina a su alrededor. Sus grandes manos se movieron con suavidad sobre el rostro de Jimin, retirando el cabello mojado que se pegaba a su piel. Jimin le regaló una pequeña sonrisa que Yoongi respondió con pequeños besos en sus labios, apenas rozándolos, mientras sus pulgares acariciaban sus mejillas.

Finalmente, Yoongi envolvió a Jimin en una bata suave y cálida, cuidando de secarlo con una toalla antes de hacer lo mismo consigo mismo. Con una pequeña sonrisa, tomó la mano de Jimin y lo guió de vuelta a la habitación.

Una vez en la cama, Yoongi no tardó en recostar a Jimin contra su pecho, sus brazos rodeándolo con firmeza, como si tuviera miedo de que pudiera desaparecer. Jimin se acurrucó contra él, buscando la calidez que el cuerpo del alfa le ofrecía, sus manos descansando sobre su pecho, sintiendo el ritmo constante de su corazón bajo sus dedos.

Yoongi no pudo evitar la necesidad de seguir besándolo. Sus labios encontraron la frente de Jimin, luego sus mejillas, la punta de su nariz, y finalmente, de nuevo sus labios, arrancándole suaves risas que llenaron el cuarto de una calidez indescriptible. Era como si no pudiera dejar de hacerlo, como si cada beso fuera una reafirmación de todo lo que sentía.

Envuelto en el calor de las sábanas, Jimin fue el primero en caer en un sueño profundo después de una larga sesión de besos. Yoongi permanecío despierto a su lado, recostado en la cama, observando cada detalle del omega. Sus labios fruncidos, sus mejillas redondas abultadas, su expresión relajada, Jimin tenía un aura de paz que Yoongi encontraba irresistible. No pudo resistir la tentación; inclinándose, dejó un beso en su frente, suspirando en el proceso, mientras dejaba escapar un poco de la presión que había estado acumulando dentro de sí. Todo lo que había sucedido entre ellos en los últimos días parecía surrealista, como si Jimin se hubiera colado en su vida de manera rápida y, sin darse cuenta, hubiera comenzado a ocupar un lugar importante en su corazón. Aunque la pérdida de su esposa era todavía reciente, Yoongi no podía ignorar lo que su lobo le decía,que era la opción correcta.