Sobreviviendo

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Luego de dejar mi "hogar" mi vida no fue un jardín de rosas, pase 4 horas en el hospital con mi cabeza sangrante esperando que me atendieran, al salir en la noche con 15 puntos en mi frente y un dolor horroroso, recorrí las calles de la ciudad buscando donde alojar mi miserable trasero. Después de casi una hora de sufrimiento, encontré una vieja hostal de mala muerte, pero al momento que tomé mi antiinflamatorio y caí en la cama para mí fue un paraíso.

Durante los cinco años siguientes me dedique a trabajar para poder subsistir teniendo que dejar mis estudios. Logré alquilar una pequeña habitación con una señora ciega, la cual por falta de recursos me entregó la pieza de su hija fallecida. La verdad es que, lo que la señora María me entregaba fue lo más cercano a una muestra de cariño que tuve, por lo menos me saludaba cada mañana y en las tardes cuando llegaba de trabajar, encontraba en el refrigerador un plato de comida para calentar. Fue lo más parecido a un buen gesto hacía alguien como yo.

Ahora en la actualidad trabajo como cocinera en la construcción del nuevo hotel de la ciudad, Soussa Hotel, aunque el trabajo es bastante pesado, con el sueldo podré comprar una pequeña casa. Hoy es el día más caótico desde que estoy aquí, todo esto debido a que el ricachón dueño de todo vendrá a supervisar la obra, Llegué a las 5.00 a.m. para recibir el camión con la mercadería fresca y comencé a preparar los desayunos para los trabajadores que llegaban más temprano, terminando esa tarea y corriendo como una verdadera loca, ya que faltaron dos ayudantes de cocina, a eso de las 12 creí que moriría, faltaba preparar 50 platos y el jefe estaba dando vueltas por algún lugar de la construcción.

En un descuido y mientras llevaba una olla con spaghetti no me di cuenta que había botado un poco de agua en el piso y al pasar resbale, tirando la olla encima de mi cabeza, el estruendo fue tremendo y el dolor no fue mejor; Sentí mi cara enrojecer, que estúpida y lo peor es que tendría que empezar de cero. Mientras me lamentaba internamente, fuertes manos sacaron la olla de mi cabeza, al levantar mi cabeza mis ojos se encontraron con unos hermosos ojos celestes, profundos, sinceros y seductores. Un rostro que parecía cincelado, una nariz tosca, masculina bella, unos labios finos, definidos, que invitan a besar, mis ojos recorrieron su cuerpo, era alto quizás un 1.90, pelo castaño, rulos, con un corte caro, un traje a la perfección, negro ajustado, definiendo un cuerpo trabajado. Regresé a su rostro en el momento exacto que nacía una sonrisa en su comible boca Si notó que lo estaba repasando.

-Señorita ¿Se encuentra bien?-.

No podía dejar de mirar esos ojos tan claros como el mar, jamás en mi triste y miserable vida me había sucedido algo parecido, era como una luz, me hipnotizaba.

- ¿Señorita?-.

-¿Sí?

-Que si se encuentra bien-.

-No tanto como tú-. Mierda -Quiero decir sí...no...me duele un poco la cabeza pero estoy bien...- Además de idiotizada por tu belleza y avergonzada como nunca antes.

Sonriéndome dijo - Déjeme ayudarle a ponerse de pie, se dio un golpe muy fuerte, no debe correr así, menos con una olla en sus manos,es muy peligroso, agradezca que esa comida no estaba tan caliente-.

- Si lo sé, pero si te soy sincera estoy muy atrasada, a los idiotas de mis compañeros se les ocurrió faltar sin avisar y el estirado aparecerá justo hoy a supervisar el trabajo, créeme necesito correr-.

-¿El estirado?-.

- El jefazo, aparecerá hoy, según dicen es uno de los hombres más ricos del país y si es cierto, debe ser un estirado, mirando a todos por debajo de su cartera-.

De su garganta salió una risa profunda - Déjame presentarme, mi nombre es Connor y soy...

-¡Anastasia pero mira que desastre ocasionaste! Señor Connor perdón por hacerlo pasar por esto, usted sabe lo que es tratar con empleados ¿no lo ensucio verdad?-.

que demonios, soy yo la golpeada, desgraciado de mi jefe.

-Tranquilo Joaquín, es por la señorita por quien debe preocuparse-. dijo el adonis dándole una mirada de enojo.

- Señor mil disculpas, nunca nos había pasado antes, lamento que el día que viene usted a supervisar, pasara esto-.

Un momento...¿dijo supervisar?

-Anastasia, le presento al dueño de este Hotel y su jefe Connor Soussa.

Mierda...


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