La noche de Halloween estaba tranquila, y, como en años anteriores, Felix no había hecho grandes preparativos. Tenía unos pocos dulces en caso de que apareciera algún niño, pero su idea era disfrutar una noche tranquila. Estaba en la cocina, concentrado en preparar su especialidad: brownies. Sabía que sería una excelente compañía para una noche sin tanto ajetreo. En ese momento, el sonido del timbre rompió la calma de la casa.
Felix suspiró, secándose las manos en un paño mientras caminaba hacia la puerta. No esperaba visitas, así que imaginó que sería algún niño pidiendo dulces. Abrió la puerta, miró rápidamente a ambos lados, pero para su sorpresa, no había nadie. Encogiéndose de hombros, cerró la puerta y se dio media vuelta… solo para encontrarse de frente con una figura que hizo que soltara un leve grito.
—¡¿Hyunjin?! —exclamó, llevándose una mano al pecho para calmar su corazón acelerado—. ¿Cómo entraste aquí?
Hyunjin le devolvió una sonrisa que dejaba ver unos colmillos falsos. Llevaba un pantalón negro, zapatillas cómodas blancas y negras, y una camisa blanca ligeramente abierta en los dos primeros botones y arremangada hasta los codos, mostrando sus muñecas. Pero lo que más llamaba la atención era su cabello… rojo. Rojo brillante, como si hubiera decidido que Halloween merecía un cambio drástico.
—¿Te gusta mi look de vampiro? —preguntó Hyunjin, con una sonrisa traviesa y un leve guiño.
—¿Te… pintaste el cabello? —preguntó Felix, aún tratando de procesar la escena.
—Solo por esta noche —dijo Hyunjin, pasándose una mano por el cabello, como si no fuera la cosa más llamativa que pudiera haber hecho en años—. Quise darle un toque especial al disfraz.
—¿Un toque? —Felix lo miró, aún entre sorprendido y divertido—. Pensé que ibas a ir más allá de unos colmillos y… esa “marca” en tu cuello —señaló con un gesto la marca claramente falsa.
—Es que soy un vampiro minimalista —replicó Hyunjin, acomodando su camisa y mostrando una sonrisa llena de autoconfianza—. Menos es más.
Felix no pudo evitar reír. La aparición sorpresa de Hyunjin le había quitado toda posibilidad de mantener la tranquilidad. Aunque no lo quisiera admitir en voz alta, la inesperada visita había traído algo de emoción a su noche. Además, el rojo en el cabello de Hyunjin le parecía… interesante.
—¿Vas a invitarme a pasar o me quedaré en la puerta con este frío? —dijo Hyunjin, con una sonrisa que dejaba claro que no tenía intención alguna de irse.
Felix se hizo a un lado, dejándolo pasar. Hyunjin, como si estuviera en su propia casa, se dirigió directo a la cocina y olfateó el aire.
—¿Qué estás cocinando? —preguntó, observando con interés la bandeja que Felix había dejado a medias.
—Brownies —respondió Felix, casi tímido.
—¿Sabes que eres la única persona que hace brownies en Halloween en lugar de algo temático, como galletas de calabaza o manzanas acarameladas?
Felix lo miró de reojo y se encogió de hombros.
—Los brownies son mi especialidad, ¿y quién no ama un buen brownie?
Hyunjin lo observó con una sonrisa, como si quisiera bromear, pero, en lugar de eso, asintió con aprobación.
—Me parece una buena elección, entonces. ¿Puedo ayudar? —preguntó con una sinceridad sorprendente, mientras se remangaba aún más la camisa, preparado para colaborar.
Felix lo miró, algo dudoso, pero luego asintió. La idea de cocinar con Hyunjin sonaba… entretenida.
Ambos se pusieron manos a la obra. Hyunjin parecía más interesado en comer la masa que en ayudar, pero Felix lo mantenía a raya con un simple toque de atención.
—Hyunjin, si sigues comiéndote la mezcla, no quedará nada para hornear —dijo Felix, divertido.
—Pero es que sabe mejor así —Hyunjin puso cara de inocente—. Además, ¿quién podría resistirse a una mezcla tan buena?
Felix rodó los ojos, tratando de no sonreír. Con cada minuto que pasaban juntos, la situación se volvía más y más absurda, y ambos parecían disfrutarlo. De vez en cuando, Hyunjin lo miraba, como si esperara una reacción de Felix ante su disfraz improvisado y su nuevo color de cabello. A Felix le costaba disimular que, en cierto modo, el rojo le parecía intrigante, y cada vez que notaba su mirada, desviaba los ojos rápidamente hacia los brownies.
Cuando por fin metieron la bandeja al horno, ambos se apoyaron en la encimera, uno al lado del otro, observando la masa comenzar a subir. Un silencio cómodo llenó la cocina hasta que Hyunjin habló, con su característico tono despreocupado.
—Entonces, ¿te sorprende que haya entrado sin que te dieras cuenta?
—Bastante. ¿Cómo lo hiciste? —preguntó Felix, entre divertido y curioso.
—Ah, un vampiro nunca revela sus secretos —respondió Hyunjin con un guiño, que dejó a Felix entre risas.
Después de unos minutos de conversación ligera y bromas, el aroma a chocolate llenó la cocina. Ambos miraban con ansias el horno, casi como niños esperando el premio de Halloween. Finalmente, cuando los brownies estuvieron listos, Felix los sacó con cuidado y los colocó en la encimera para que se enfriaran un poco.
Hyunjin, como un niño impaciente, tomó un cuchillo y comenzó a cortar un trozo antes de que estuvieran completamente fríos.
—¡Espera! Vas a romperlos —exclamó Felix, tratando de detenerlo, pero Hyunjin se las ingenió para tomar un pedazo y llevarlo a su boca.
Hyunjin cerró los ojos, saboreando el brownie.
—Increíble. Ahora entiendo por qué insistes en hacerlos.
Felix, sorprendido por la expresión genuina de Hyunjin, se sintió satisfecho. Tal vez aquella noche no sería tan tranquila como había planeado, pero no podía negar que estaba pasando un buen rato.
Pasaron el resto de la noche entre bromas y charlas, riéndose de lo más inesperado. Hyunjin, a cada rato, se miraba el cabello en el reflejo de la ventana, y Felix no pudo evitar hacerle burla.
—Pareces más una fresa que un vampiro —bromeó.
—Lo dices porque me ves irresistible —replicó Hyunjin, guiñándole un ojo.
Felix soltó una carcajada, y en ese momento ambos supieron que aquella noche de Halloween había sido diferente, inesperada y mucho mejor de lo que cualquiera de los dos hubiera imaginado. Cuando Hyunjin finalmente se fue, Felix quedó solo en su casa, con el eco de la risa de ambos en el aire. El recuerdo de la mirada intensa de Hyunjin y su disfraz tan peculiar se quedarían con él… al menos hasta el próximo Halloween.
Cuando Hyunjin finalmente se despidió, cerrando la puerta con una sonrisa traviesa, Felix quedó en la cocina en silencio. La noche que había empezado tranquila se había convertido en una montaña rusa de emociones, risas y… algo más. Un pequeño suspiro escapó de sus labios mientras miraba la cocina, ahora un desastre de tazones, cucharas, y un par de gotas de mezcla de brownie que habían escapado de las manos de Hyunjin.
“Siempre tiene que dejar su marca, ¿verdad?”, murmuró para sí, con una sonrisa divertida. Decidió que no podía dejar la cocina así, no con la energía todavía a flor de piel, así que se dispuso a limpiar.
A medida que guardaba los utensilios y pasaba el trapo sobre la encimera, sus pensamientos se iban, inevitablemente, al recuerdo del cabello rojo de Hyunjin, de su disfraz de vampiro "minimalista" y su risa resonando en toda la casa. Pero, más allá de eso, una imagen no dejaba de regresar a su mente: el beso que habían compartido unos días antes. Un beso que había sido inesperado, sí, pero… que lo había dejado sintiendo algo mucho más fuerte de lo que se atrevía a admitir.
Cuando terminó de ordenar todo, subió las escaleras y se dirigió a su habitación, queriendo ya envolverse en las sábanas y descansar. Sin embargo, apenas apagó la luz, su mente volvió a ese recuerdo. Sentía las mejillas calentarse, y aunque intentaba distraerse, el recuerdo de los labios de Hyunjin y la forma en que había esquivado la conversación sobre ese beso durante toda la noche lo hacían sonrojar.
¿Por qué no lo habían mencionado? Hyunjin había actuado como si nada hubiera ocurrido, y aunque Felix también lo intentó, aquella imagen del beso seguía ahí, con fuerza, cada vez que cerraba los ojos.
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𝖴𝗇𝗂𝗏𝖾𝗋𝗌𝗂𝗍𝗒 | 𝖧𝗒𝗎𝗇𝗅𝗂𝗑
Lãng mạnHyunjin es un chico popular, carismático y talentoso, pero enfrenta la presión de mantener su imagen y lidiar con sus propias inseguridades. Por otro lado, Felix es un estudiante más reservado y sensible que lucha por encontrar su lugar en el mundo...