𝑪𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒖́𝒏𝒊𝒄𝒐

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Itadori Yuuji corre apresuradamente por el pasillo que lo encaminaba en dirección a su aula, sin prestar atención a su alrededor ya que estaba llegando tarde a clases o eso es lo que creyó al abrir la puerta y quedó con la boca abierta al sólo observar una sola alma en el interior del lugar, quien se trataba más y menos que su novio; Geto Hiroki que había dejado de dibujar en su libreta para voltear a verlo con una cara seria.

—¿Y-Y la gente?

Ni siquiera estaban sus amigos, quienes siempre llegaban más temprano que él no se encontraban en el interior del aula.

《¿Será la hora de recreo?》

—Idiota es muy temprano.—Hiroki le aclara como si le leyera la mente y en cuestion de segundos mira como su novio se cubre la cara con ambas manos a su vez que balbuceaba.

—Sukuna me va a matar.

Ahora todo tenía sentido, su abuelo lo despertó diciéndole que estaba llegando tarde a la escuela y por el sueño que tenía, encima que el anciano lo presionaba a que se apresurara y le hiciera el desayuno no se fijó en la hora, además se prometió asi mismo despertar a su gemelo para que no siquiera yendo tarde a la escuela ya que su hermano mayor trabajaba tarde y descansaba por la mañana. Lo más probable es que su abuelo más tarde se acuerde que tiene otro nieto y lo vaya a despertar a base de golpes.

《Nota mental: Fijarse en la hora.》

Mientras Yuuji se lamentaba en cambio Hiroki rueda sus ojos índigos sin cambiar su expresión de seriedad y reitera su concentración en el papel, mueve su mano zurda para terminar unos trazos a su dibujo.

《¿Debería de detenerme? Él está aquí. Aunque ya estoy pronto de terminar de dibujarlo.》

—¿Qué dibujas?

Al sentir la voz de su chico justo detrás suyo, cierra de golpe el cuaderno donde dibujaba gran parte de su tiempo o cuando nadie veía, un regalo del mejor amigo de su papá y su mamá. Gira su cabeza a la altura de su hombro derecho para observar como Yuuji forma un lindo puchero en sus labios al no poder alcanzar ver lo que dibujaba el otro.

—Nada que te importe.

—Que grosero.

El de cabello índigo solamente le mira mal para acto seguir guardar el cuaderno en su mochila y luego sacar su móvil, el cual enciende para entrar en cualquier jueguito que tiene e ignorar la presencia del otro. En cambio el de cabello rosado deja salir un suspiro mientras se sentaba al frente dejando su mochila sobre el escritorio al mismo tiempo que admiraba como jugaba tan concentrado.

《¿Por qué tiene que ser tan lindo y tan...hijo de su mamá?》

Sabe que su pareja no es la persona más amorosa y cariñosa del mundo, a veces cree que está saliendo con un felino, esos que suelen ser más ariscos, bordes,  y te lanzan una mirada de odio. No siempre es así, pero pocas veces lo ve contento. No mentía cuando dice que es hijo de su mamá, porque ya conoce a su suegra y hay muchas similitudes entre madre e hijo, tanto en la personalidad como casi físicamente. Además, pese que sea alguien tan frío tiene cierta popularidad entre las chicas, más popularidad que él y que Megumi, diría también de su gemelo, pero Sukuna las espanta.

—¿Te me vas a quedar mirando como tonto todo el día?

Si dicen que las mujeres son complicadas, entonces esas personas que lo dijeron no conocieron a este chico.

—No es mi culpa, eres lindo.—Se acomoda bien en el asiento para quedar de frente a frente, apoyando sus brazos en la mesa de este, quien alza su mirada para verlo durante unos segundos antes de seguir con su juego.

𝑰 𝑳𝑶𝑽𝑬 𝒀𝑶𝑼 ━━━━━ 𝐈𝐭𝐚𝐝𝐨𝐫𝐢 𝐘𝐮𝐮𝐣𝐢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora