Necesito un taxi.

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Al abrirse la puerta la poca luz natural del exterior iluminó un poco la estancia, haciendo que unas pocas personas voltearan sus cabezas para ver de quien se trataba.

"Yuju... ¡Hola!" anunció cortamente la rubia desde la puerta sin recibir más que miradas curiosas como respuesta. Totalmente ignorada empezó a caminar y observar a su alrededor.

En el interior de la taberna se podía escuchar la risa rasposa de un par de hombres en el local. A diferencia del exterior, el ambiente dentro de la taberna era un tanto más diferente, el aroma del abano y roble podia sentirse perfectamente.

El estilo de los muebles era antiguo, me atrevería a decir que hasta un poco medieval. En la barra principal podian apreciarse diferentes tipos y marcas de cerveza local ni que decir del whisky y
otros licores de mayor calibre alcohólico. Habían pocas personas, siendo puramente hombres lo que reinaba y todos con más que unas pocas canas en su cabellera y vello facial.

La rubia se adentró con pasos decididos hasta dos señores sentados cerca de la barra de pedidos.

"Se puede sacer al hombre dentro del té, pero no se puede sacar al hombre de dentro del agua..." contaba uno mientras los otros reían.

"¿Está abierto?" «Bueno esa no fué la pregunta más astuta de mi parte» razonó un poco avergonzada. Tras haber echado un vistazo alrededor divisó un hombre que tenía apariencia de ser confiable.

Un par de ancianos que se encontraban sentados algunos asientos más lejos murmuraban entre ellos el origen de la recién llegada...

«Americana»

«Coreana»

"En realidad, soy tailandesa". repuso con una pequeña sonrisa la rubia sin mirarlos y dirigiéndose a su objetivo. "Kornnaphat Sethratanapongt, de Bangkok". extendió su mano al señor de traje y cabello blanco, este estrechó su mano y dio un asentimiento como respuesta. "Me gustaría saber cómo llegar a Dublín desde aquí. ¿Hay algun bus o línea de taxi a la que pueda acudir?"

Mientras la diseñadora esperaba respuesta por parte de los aludidos, no se habia percatado de una joven castaña que la observaba desde el otro lado de la barra con el ceño fruncido, pero no de enojo, sino intriga.

"1987". Respondió uno de los hombres

"¿Cómo dice?"

"1987, es el año en que el último autobús partió de aquí hasta Dublín".

"No, no, no. El tren dejó de utilizarse en el ochenta y cinco..." respondió el otro, llevando la contraria a su compañero. "El autobús estuvo en función hasta el noventa y cinco".

"No, en el ochenta y siente".

La rubia en ver que los dos hombres no se ponían de acuerdo en una teoría, decidió inspeccionar alrededor a ver quien le podría servir de ayuda. Y fue recién allí el momento en el que se percato de la joven castaña que se encontraba preparando un trago de cerveza y luego se dispuso a utilizar el periódico. Decidió acercarse a ella.

"Disculpa". la castaña levantó su mirada de la lectura para mirarla. Sus ojos eran azules, pero no era cualquier azul, era una mezcla de gris con turquesa que se escondían entre un par de hermosas y largas pestañas. "Me preguntaba,
¿Existe alguna linea de taxis por aquí?"

La castaña mantuvo su gesto inexpresivo y se dio la vuelta para buscar algo entre las perchas cerca de la repisa. Tomó un papel y se lo entregó a la rubia.

"Estupendo, gracias".

La castaña no respondió y regresó a su lectura. En cuanto la rubia se dio la vuelta para buscar el teléfono móvil en su bolso, la castaña levantó la miraba y la observó por un momento. Se dio la vuelta y desapareció por una de las puertas detrás de ella.

Leap Year in Dublin (LingOrm Ver.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora