Era una tarde común para Amelia Collins. Estaba acostada en su cama, hojeando una de sus novelas favoritas: Harry Potter y la Orden del Fénix. Aunque era la quinta vez que leía el libro, le resultaba imposible resistirse. Había algo en esa época oscura y en sus personajes, especialmente en Regulus Black, que siempre le había fascinado. Regulus era un personaje poco explorado, pero ella sentía que había mucho más en él de lo que las páginas decían.
Cerró los ojos, dejándose llevar por el ambiente sombrío de la historia. Aquel pensamiento cruzó su mente justo antes de caer en un profundo sueño: "¿Cómo sería conocer a alguien como él?".
Cuando volvió a abrir los ojos, ya no estaba en su habitación. Estaba en un bosque denso, cubierto de niebla y envuelto en un silencio inquietante. Su primera reacción fue el desconcierto total, seguido de una inquietante realización: la ropa que llevaba puesta no era su pijama, sino una túnica oscura y pesada, similar a las de un mago.
Antes de que pudiera procesar todo, escuchó pasos acercándose rápidamente. Se ocultó tras un árbol y observó a un grupo de figuras encapuchadas. Entre ellas, distinguió a un joven de cabello oscuro, que mantenía la mirada en el suelo, con el rostro pálido y tenso. Amelia contuvo el aliento: era Regulus Black, tal y como lo había imaginado. La expresión seria en su rostro y la forma en que miraba a su alrededor denotaban una mezcla de determinación y miedo.
Amelia sintió una mezcla de euforia y pánico. ¿Cómo había llegado hasta ahí? Más aún, ¿cómo regresaría? Pero ahora estaba en un lugar y un tiempo que apenas podía comprender. Para su sorpresa, uno de los encapuchados vio su sombra y alertó al grupo. Regulus se dio la vuelta rápidamente y, con un movimiento rápido de su varita, la atrajo hacia ellos.
"¿Quién eres?", exigió Regulus con voz fría.
Amelia tragó saliva, tratando de mantener la calma.
"Soy... alguien que está muy lejos de casa", respondió sin mentir, pero evitando revelar demasiado.
Regulus frunció el ceño, intrigado por su respuesta. Había algo en ella, en su voz temblorosa pero decidida, que le inspiraba una extraña sensación de confianza.
"Ven conmigo", dijo, tomándola de la mano.
Amelia no tuvo tiempo de protestar antes de que él la guiara hacia una dirección desconocida. Caminaron en silencio hasta llegar a una pequeña casa abandonada en medio del bosque. Al entrar, Regulus encendió una pequeña lámpara, revelando un espacio lúgubre y polvoriento.
"Eres una bruja, ¿no?", preguntó él, mirándola con sospecha.
Amelia sacudió la cabeza, sintiéndose insegura sobre cómo responder.
"No... no en realidad. Pero conozco cosas sobre tu mundo, más de las que puedas imaginar".
Regulus la observó detenidamente, como si tratara de leer sus pensamientos. Había algo en sus ojos, en la sinceridad con la que hablaba, que le hizo sentir que podía confiar en ella. Se sentaron en el suelo, cada uno guardando sus propias reservas y silencios.
Con el tiempo, Amelia le fue contando sobre su realidad, sobre cómo conocía su nombre y la oscuridad en la que se encontraba. Regulus, por su parte, le habló de la presión que sentía en su vida, de su familia y de las decisiones que debía tomar. Cada conversación los acercaba más, y aquella distancia inicial entre ellos comenzó a desvanecerse.
Los días pasaron y se volvieron inseparables. Amelia no solo se había convertido en su confidente, sino también en alguien que le ofrecía una visión diferente del mundo. Por primera vez, Regulus experimentaba lo que era estar con alguien que lo valoraba por quien era, no por lo que representaba para su familia o para los ideales oscuros que siempre lo rodearon.
Regulus comenzó a planear su escape, su salida del mundo que lo mantenía prisionero. Y Amelia, aunque deseaba regresar a su tiempo, estaba dispuesta a ayudarlo, sabiendo que eso podría costarle la vida. La noche que decidieron actuar, se miraron en silencio, ambos conscientes de lo que sus caminos implicaban.
"¿Te volveré a ver alguna vez?", preguntó Amelia, sintiendo un nudo en la garganta.
Regulus le sonrió, por primera vez dejando ver una expresión cálida.
"En otra vida, quizás. En un lugar donde no haya sombras".
Ella asintió, guardando aquella promesa en su corazón. Sabía que su tiempo en aquel mundo estaba llegando a su fin, pero también sabía que, de alguna forma, sus caminos se volverían a cruzar.
Hola, se que diran esta loca ¿no tiene una ya varias historias sin actualizar?
- La respuesta es si, y la verdad esta la tenia en mente.
Ya actualizare
Besos
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Entre Sombras y Destinos
FanfictionEs una historia en la que una chica del mundo real es transportada al universo de Harry Potter y conoce a Regulus Black, desarrollando una conexión especial con él. ◣◥◣◥◤◢◤◢◣◥◣◥◤◢◤◢ Este es un fanfic de Harry Potter, hay muchas que voy cambiar pero...