ESPECIAL DE HALLOWEEN

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Pongan su presente 👻

Ginger.

Observé por última vez a Haven que estaba vestida de bruja, quién sonreía dando vueltas alrededor de la casa.

—¿Te gusta, pequeña? —La miré con una sonrisa y ella asintió.

—Me gusta mucho mami, gracias.

—Me alegro, Hav. —Besé su frente.—¿Y a ti, Autumn te gusta tu disfraz?

—¡No!

—Pero esto querías, pequeña.

Autumn estaba vestida de maléfica, al parecer ahora decidió que ya no quería serlo, unas horas antes de Halloween, claramente.

—¿Por qué no te gusta?

pol qué no, mamá. —Ella gruñó molesta.

—A tus amigos les encantará tu disfraz, te miras preciosa.

—No quelo.

Suspiré, acariciando mi entrecejo.

—Te darán dulces en el colegio, preciosa.

—No me gutah.

Por otro lado Haven estaba tan feliz y entusiasmada por mostrarle a sus amigas su gran disfraz.

—¡Quiero ganar el concurso del mejor disfraz, mamá! ¡Hay un gran premio! —Ella estaba tan ilusionada, yo sonreí viéndola.

—Verás que ganarás, Hav.

Por otro lado Eros venía saliendo de la habitación con Aedus en brazos quién chupaba su mano mirando a su alrededor.

—Mi corazón. —Me acerqué a él y lo cargué mientras le besaba la frente, él me miró mientras me sonreía mostrándome las encías.

Aedus tenía cinco meses, era rubio y tenía los ojos grises, el era idéntico a mí. Y ni hablar, él tenía mamitis. Al contrario de las niñas.

Si Eros lo tomaba y yo estaba ahí, lloraba por tal que yo lo tomara. Realmente no me quejaba, adoraba tener aunque sea uno de mis hijos de mi lado.

—¡Papi, no me gutah! —Autumn se quejó mientras ponía sus pequeñas manos en el vestido de su disfraz.

—Te miras genial, bebé.

—No quelo.

—Mami. ¿De que se va a disfrazar el bebé?

—Será un precioso pirata, Hav.

—Yo quiero hada. —Autumn lloriqueó, parecía que estaba apunto de hacer un berrinche, Eros suspiro y la tomó en brazos mientras le limpiaba las lágrimas que se habían escapado por sus mejillas.

Bufé, sabía que ella haría algo así, y Eros no se negaría a nada de lo que las niñas le dijeran.

—Mira. Hagamos un trato. —Eros la miró mientras le acariciaba la mejilla—Irás al colegio con este disfraz y cuando regreses, papi y mami tendrán aquí un maravilloso disfraz de hada para ti, cariño.

—¿Me lo prometes, papi?

—Te lo prometo, pequeña.

Ella asintió.

—¿Quieres otro disfraz, Haven bebé?

—No soy bebé, papá.

—Eres y serás mi bebé.

—Ya soy grande.

—Tan sólo tienes siete años, preciosa.

—Pero soy grande.

Finge que me odias Donde viven las historias. Descúbrelo ahora