Sábado, el mejor día de la semana. Sin duda de esta forma podría pasar tiempo con mi pequeña hija... Me levante tranquilo, pero algo angustiado por lo de hace unos días. No podía dejar de pensar en cómo nos va a afectar ese asesinato sin asesino.
Cuando llegue al comedor luego de prepararme, hice el desayuno. En ese transcurso, ya Samantha se había levantado de su recámara y había caminado a paso torpe del sueño hasta aquí.
- "Hola mi princesa, ¿como durmió la niña más bella de todas?"
Dije con cariño a mi hija, esperando una respuesta de la misma pequeña. No hubo alguna, pero creo que fue solo por el estar recién levantada...
La alze en mis brazos y la senté sobre su silla, para así traerle hasta la mesa en un plato su desayuno junto a algo de leche.
Me senté yo a su lado y me prepare mi cafe caliente, sin quitarle los ojos de encima a la pequeña junto a mi. Su mirada era oscura por su color de ojos, también era perdida, no sabía muy bienn donde estaba al parecer, solo reí y le dije que desayune, ese mismo día la sacaría de paseo.
. . .
Luego de un rato, Samantha ya estaba lista para poder salir, solo que me llamó la atención que este vestida con la ropa del colegio, por lo que atrevi a preguntarle.
- "¿Corazon porque vistes con eso?, hoy es sábado"
Rei por como la niña era tan ingenua para no darse cuenta, hasta que me dijo que me había equivocado... ¡Claro!, ayer tuve el caso de la pequeña, así que hoy debía trabajar...
Me altere un poco, por lo que apresuradamente me fui a cambiar mi atuendo al de trabajo, así podría ir una vez lleve a mi hija.
Me subí a mi bicicleta y nos fuimos, había dejado la puerta abierta, o sea, sin llave, aun que no me acordé de eso hasta que ya había dejado a la niña en el colegio... Suspire, pero no podía volver, debía llegar temprano antes de que se vayan los demás sin mí.
Al llegar a la esquina, pude divisar a un grupo de personas con varios carteles, por lo que asumí que venían a quejarse con nosotros...
Me acerque y deje mi bicicleta con candado, antes de meterme entre la multitud y tratar de solucionar el problema, aun que, cuando levante la vista a uno de los carteles, pude ver la imagen de un pequeño, parecía de unos diez o nueve años, era mucho más grande que el caso de Sarah, la cual tenía sólo cinco...
Entre a la comisaría y cerré como pude la puerta, la gente se acumulaba y apoyaba sobre la misma, como si quisieran tirarla abajo y entrar.
- "¿Que pasó wey?, deje solamente un día pasar, UNO SOLO CABRON, ¿y ya murió otro niño?, carajo, ustedes son policías, deben patrullar a cada momento para que esto no suceda"
Mi mirada se profundizó y fijó en la de los demás, era como si sin mi, no pudieran hacer lo que hacen siempre, además, ese es su trabajo, sin contar que es el mio, pero eso era lo de menos...
Me acerqué a la mesa donde yacia los papeles con aquella tonalidad amarillenta, con la... horrible descripción de su muerte. Jesus, sentía que iba a vomitar.
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un viejo barrote de hierro.
Misterio / Suspenso"No voy a permitir que ningún niño vuelva a morir" ➡ CC: ➡ Man14cArts. (Cuenta oficial)