La cena había sido todo un éxito, pero hubo unos comentarios de parte de la mamá de Nayeon que a Tzuyu no le gustaron y ella sólo volteaba a ver a el señor Junho quien solo negaba.
En este momento se encontraban sirviendo el postre y Nayeon se encontraba con una sonrisa viendo que era uno de sus favoritos.
La sonrisa de Nayeon se convirtió en puchero al escuchar las palabras de su madre.
- Nayeon no puede comer postre, ya que está en una dieta – soltó su comentario viendo a la omega quien sólo bajó la mano cuando sintió un apretón y vio que era Tzuyu.
- Pero, si el postre lo hice especialmente para ella – comentó la señora Chou con una sonrisa -. Por un día que rompa la dieta no va a haber problemas.
Le extendió el plato siendo tomado por Tzuyu para dárselo a Nayeon quien sonreía un poquito al ver que sí podría comerlo.
Cuando le dio un bocado al pastel sus ojos se abrieron de sorpresa
- Sabe muy rico el pastel – comentó llevándose otro pedazo de pastel a su boca.
Tzuyu sonrió al ver las tiernas expresiones que Nayeon hacía.
- Que bueno que te gustó, si todavía quieres me puedes pedir – le comentó con una sonrisa la señora Chou - ¿Cómo están yendo las cosas en el trabajo? – le preguntó a su esposo.
- Todo está marchando bien y todo por el buen contador que tenemos – dijo halagando al señor Junho.
Nayeon sonrió al ver que el señor Chou se tomaba en serio el trabajo de su padre.
- Creo que te manchaste la mejilla, mi vida – le dijo su padre y Nayeon frunció el ceño y volvió a ver a Tzuyu.
- ¿Dónde? – preguntó con un pequeño puchero.
Tzuyu agarró una servilleta y la limpió para después dejarle un beso en la frente haciendo que Nayeon se sonrojara.
- ¡Ay, qué linda pareja hacen estas dos! – exclamó con una sonrisa la señora Chou, su comentario hizo que las dos jóvenes se sonrojen.
Después de eso siguieron platicando de otras cosas.
La cena fue un éxito para todos, bueno, hubo uno que otro mal comentario de la señora Im hacia su hija, pero todo estaba bien. Hablaron de futuros proyectos para la empresa y la señora Chou cada que tuvo oportunidad halagaba a Nayeon haciendo que tuviera su cara como un tomate.
Nayeon se encontraba durmiendo cuando su familia se estaba despidiendo de los Chou y Tzuyu fue la encargada de llevar a Nayeon hasta el carro de los Im. Donde se despidió de ella con un beso en su frente y mejilla para después adentrarse a su casa después de ver que el carro del señor Junho se perdía por las calles.
Ya habían pasado unos treinta y cinco minutos desde que los Im se fueron de la casa de los Chou.
Tzuyu en estos momentos ya se había dado un baño y se estaba cambiando ya para dormir, había sido un día largo y sobre todo confirmar lo que el señor Junho le había comentado.
Su alfa había estado alerta desde el primer instante que escuchó un comentario de parte de la señora Im.
Salió de sus pensamientos cuando escuchó su teléfono sonar, lo agarró y vio que era Nayeon. Algo que la extrañó ya que se suponía que se había dormido y por lo que sabía que después de dormirse no se despertaba hasta la madrugada.
Contestó y lo primero que escuchó fue un sollozo, se preocupó al escucharlo.
- ¿Pasa algo, Nayeon? – preguntó.
- Pa-pá está discutiendo con mi mamá y sus gritos llegas hasta mi cu-arto y escuché que mi papá le dijo que se quiere se-parar de ella – murmuró entre los sollozos.
Tzuyu frunció el ceño e iba a hablar cuando Nayeon continuó hablando.
- Tzuie, ¿Si es por mi culpa y después mi mamá se enoja más conmigo? – preguntó soltando un suspiro pesado.
- No, no es tu culpa, son cosas que suelen pasar – se apresuró a decir.
- Ya quiero que pare esto, Tzuyu – y más sollozos se escucharon.
Tzuyu sintió a su loba queriendo ir por Nayeon y por lo que soltó sin pensarlo.
- Agarra tu mochila y mete unas mudas de ropa – soltó sin pensar en lo que decía – Voy a ir por ti y te vas a quedar en mi casa por mientras que se calman las cosas en la tuya – dicho eso y al escuchar la afición de Nayeon colgó y se vistió de manera rápida para agarrar las llaves de su auto y conducir a la casa de Nayeon.
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Gordita Im // Natzu [Adaptación]
ContoSer una persona con algunos kilitos de más era una gran inseguridad, al menos así lo veía Im Nayeon. Ella amaba la comida, pero también anhelaba una relación estable, bonita y amorosa; pero viéndose ella misma, ¿quién la querría como pareja ideal? ...