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La mansión Park estaba en un total silencio de tranquilidad para todos los empleados, menos para Sunghoon, quien estaba muriendo lentamente de la soledad que enmanaba su gran hogar.
 
Sunghoon jamás se había dado cuenta de lo grande y silencioso que era su mansión, talvez por que ya estaba acostumbrado a siempre estar trabajando y viajando, normalmente siempre está fuera del país que en su propia casa, sin contar que tenía más de mil propiedades a su nombre en corea y la otra mitad en estados unidos y Francia, ya que era su país favorito de vacaciones.

La venta de sus productos iba demasiado bien, sus fábricas y su bufete de abogados estaba yendo de maravilla como siempre y ni que hablar de su venta de sustancias ilícitas, cada día ganaba más de diez millones por unos kilos de coca, prácticamente estaba todo en orden y no debía de encargarse de nada importante.

Tenía a Taehyun, Jay y Heeseung a cargo del negocio de drogas, ya que eran sus leales les confiaba esa parte del trabajo, ahora mismo estaba solamente disfrutando de toda su fortuna.

Su muñequito estaba en exámenes todavía y casi no hablaban tanto, eso en cierto punto le enojaba, si fuera el, le pagaría a su escuela para hacerlo pasar y así tener todo el tiempo de Sunoo para el solo, no le gustaba esperar por lo que era de él.

Ya tenía una buena relación con Sunoo, ambos estaban bien y con una muy bonita confianza, pero sentía que no tenía Sunoo todavía, sentía que no podía conquistarlo con solamente regalos lujosos, de hecho, le sorprendió que Sunoo no haya usado ninguna vez las prendas que le regaló, dijo que no era necesario vestir algo tan caro para verse bien y prefirió guardarlo para alguna ocasión especial.

Park se dió cuenta de que Sunoo no era como otros, el realmente era puro y difícil de conquistar, eso le prendía demasiado y sus ganas de quererlo para el aumentaban cada vez más, por eso mismo no sabía cómo atraerlo, ya que pensó que dándole un fajo de dinero y cosas de lujo ya lo iba a amar como nunca. Pero su muñequito no es así, era demasiado modesto y sencillo que le daba más curiosidad.

Después de todo Sunoo era algo que para Sunghoon le era difícil de tener, por que el era un hombre que lo compraba todo con dinero, pero no pudo comprar a su pequeño, entonces esa sensación de adrenalina cruzó su límite al ver que Sunoo era alguien justamente lo que Sunghoon buscaba.

Algo dificil de obtener, un reto, un pecado andante..

Por eso supo que Sunoo era un hombre que se conformaba con tan poco, cuando Sunghoon creció en un ambiente donde todo lo que quería era suyo sin importar lo que cueste, era un malcriado y egocéntrico, justamente todo lo que Sunoo no era.

Aunque dicen que los polos opuestos se atraen.

Por ello, citó a Sim Jake a su mansión, era el mejor amigo de su pequeño, por lo tanto, debía de conocer a Sunoo mejor que él lo hacía. Sim ayudaría a Park a conocer todo lo que el no sabía de su muñequito.

Una vez Jake llegó a la mansión su mucama lo llevó hasta su oficina y lo sentó frente a él, Sim llevaba la expresión de poca paciencia como siempre.  

—¿Entonces para que necesitas mi ayuda?

Sunghoon sacó una bocanada de humo de su cigarro y la apagó en el cenicero que tenía a un lado de su mesa, se inclinó un poco delante de Sim y miró con una expresión relajada. 

—Quiero que me digas todo lo que le gusta a Sunoo.—Tomó una pequeña libreta y lo miró de nuevo.— Todos los detalles, los necesito.   

Jake soltó una pequeña risa ante lo dicho.

—Claro, te ayudaré ¿Pero que gano yo con todo esto? ¿Hmm?      

Y ahí estaba, Sim Jake haciendo de las suyas, no era él si no pedía algo a cambio y era el único que lo podía ayudar ya que no le contaría nada a Sunoo, era capaz de quedarse callado si no lograbamos un trato justo y eso significaba que Sunghoon salía perdiendo.

El Muñequito De Park || Sungsun [Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora