sᴜᴍᴍᴇʀ sʟᴇᴇᴛ

𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟑: 𝐂𝐫𝐢𝐬𝐭𝐚𝐥𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐢𝐧𝐯𝐢𝐞𝐫𝐧𝐨

Nombre: Summer Sleet / Aguanieve de verano
Autor/a Original: Yellow_Canna
Plataforma: Archive of our Own (Ao3)
Capítulos: 3
Idioma original: Ingles.

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Kamado Tanjiro no sabía cuándo se había enamorado de su mentor.

Se preguntó si sería aquella vez que le llevó el almuerzo a Giyuu.

Cuando llegó a la cascada donde estaba Giyuu, llegó justo a tiempo para ver al Omega salir de debajo de la fuerte presión de la cascada. Se quitó la cinta del pelo y sacudió la cabeza, haciendo que las gotas de agua revolotearan a su alrededor y brillaran bajo el cálido sol de la tarde. El hombre de cabello negro se sentó en una roca plana, alisando su kimono que se le pegaba al cuerpo antes de que esos ojos azul océano se movieran y se posaran en Tanjiro.

O quizás fue aquella época en la que floreció el sakura. Era la primera primavera que Tanjiro experimentaba en la finca del Agua. Tanjiro había salido a hacer un recado de su mentor a un pueblo cerca de otra montaña. En su camino de regreso, había un árbol de sakura que estaba floreciendo hermosamente. El primer pensamiento de Tanjiro fue cortar una pequeña rama llena de capullos rosados ​​y llevársela consigo.

El Alfa podía recordar la forma en que los ojos de Giyuu se abrieron levemente cuando le presentó la rama. Todavía podía recordar la forma en que Giyuu sostuvo suavemente la rama en sus manos como si temiera que se rompiera si aplicaba demasiada fuerza.

Había tantos recuerdos preciosos que Tanjiro no podía recordar cuál era el que hizo que su corazón soltara el primer latido. Todo lo que sabía era que un día, se despertó y se dio cuenta de que tal vez sus sentimientos hacia su mentor no eran comunes.

Él amaba a Giyuu...tanto que era asfixiante.

Después de que su cuerpo se convirtió en un adulto, esa asfixia se volvió insoportable. Cuanto más pensaba en Giyuu, más quería acercarse, tocarlo y atraerlo hacia sus brazos y sentir el calor corporal del Omega.

Quería ver esos ojos azules reflejando su imagen cuando el Omega lo mirara. Quería oír la voz del Omega cuando dijera su nombre. Quería oler su aroma, sabiendo lo embriagador que se volvería ahora que su cuerpo era capaz de captar ese aroma especial que no podía percibir cuando era niño.

Quería tanto ver a Giyuu que estar lejos lo estaba destrozando.

Se estaba volviendo loco.

Dos semanas después de su crecimiento, Tanjiro le pidió a su cuervo que regresara en secreto a la Finca Agua para ver cómo estaban todos. Quería asegurarse de que todos estuvieran bien. Sabía que preocuparía a todos si no se comunicaba con ellos, pero no sabía cómo responder si alguno de ellos le enviaba una carta preguntándole por qué no había regresado.

Con este nuevo cuerpo, Tanjiro necesitaba tiempo para adaptarse y volver a entrenar su habilidad con la espada. No tenía tiempo que perder. Necesitaba volverse fuerte para poder demostrarle su valía a Giyuu.

Su cuervo era inteligente y había estado viviendo en la finca del Agua durante mucho tiempo, por lo que sabía cómo evitar que lo vieran. Desafortunadamente, Tanjiro había subestimado lo inteligente que era su cuervo. En lugar de explorar los alrededores, el pájaro regresó con algo que Tanjiro no esperaba.

Era un pañuelo...

Un pañuelo blanco sencillo.

Antes de que el cuervo pudiera acercarse, Tanjiro ya podía oler el aroma que flotaba en ese pañuelo.

Era el fresco aroma del invierno y del pino, que le recordaba al joven Alfa la primera vez que conoció al Omega. Y dentro de ese aroma nostálgico, había algo más... era un aroma que el él de antes del crecimiento nunca notaria.