En un vasto y antiguo reino escondido en el corazón de los bosques, el Rey Pálido gobierna con sabiduría y compasión. Su apariencia es la de un insecto gigantesco, de piel perlada y suave resplandor. Sus alas, translúcidas y de bordes dorados, reflejan la luz de la luna. Como protector de los seres de su mundo, se asegura de que el equilibrio entre el día y la noche, la vida y la muerte, permanezca intacto.
Sin embargo, no todo en su reino está en paz. Las criaturas más antiguas de los bosques susurran de una oscuridad que ha comenzado a deslizarse desde las tierras prohibidas, un lugar donde ni la luz de la luna ni el sol se atreven a penetrar. En las noches más silenciosas, se oye el aleteo siniestro de El Destello, una diosa oscura en forma de polilla gigante, cuyos ojos parecen espejos que reflejan los miedos más profundos de aquellos que los miran.
El Destello, adorada y temida por las sombras, desprecia al Rey Pálido y su mundo de equilibrio. Ella busca algo más: un mundo en completa oscuridad, donde las criaturas vivan atrapadas en pesadillas eternas. Y así, una noche, descendió sobre el reino, cubriendo el cielo con sus enormes alas. La luz de las estrellas se desvaneció cuando sus alas bloquearon el cielo, y un frío mortal se sintió en la tierra.
Al percibir la oscuridad y el temor, el Rey Pálido salió de su palacio de cristal para enfrentar esta amenaza. De pie frente a la inmensa figura de El Destello, alzó la voz, su tono firme pero respetuoso.
—Diosa de las Sombras, ¿por qué traes a mi reino esta penumbra? El equilibrio debe prevalecer, y tu llegada altera la paz.
La enorme polilla sonrió de manera siniestra y sus alas crearon un torbellino de sombras que envolvió al Rey Pálido.
—Porque, querido rey —respondió ella, con una voz profunda y resonante—, la luz ha tenido su tiempo. Ahora, el mundo debe caer en la oscuridad, y yo seré la única diosa que reine.
La tensión entre ambos dioses creció, y un aura de poder llenó el aire. Sin embargo, el Rey Pálido no estaba dispuesto a desatar toda su fuerza, no sin comprender primero las intenciones de El Destello. Mientras tanto, las criaturas de su reino temblaban de miedo, observando desde la distancia, conscientes de que cualquier enfrentamiento entre estos dos seres podría cambiar su mundo para siempre.
Y así comienza la lucha entre luz y sombra, donde cada uno de estos dioses busca imponer su visión sobre el mundo. El primer encuentro solo ha despertado una pequeña parte de sus poderes, pero ambos saben que el tiempo para una batalla definitiva se acerca...