Capitulo 2.

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Narra Susana:

El camino hacia casa a sido largo, lo único que sigo pensando es en lo que dijo Antonella "ten un poco de cuidado con ese Michael, dicen que es un loco se la pasa vigilando las casas y rondando el bosque...es la persona que mas molesta a las personas nuevas en la universidad"..

Llegó asta la casa entrando, sacudo los zapatos ya que está brisando, busco a Sara por toda la casa sin encontrarla.

—¡Sara!,—grito—,¿donde estas?.
—¡Buenas noches!,—dice saliendo de una de las habitaciones—,te estaba esperando.

—¿Que hacías ahí?,—le pregunto cuando cierra la puerta.
—¡Estaba limpiando!,—dice nerviosa—,¿a qué hora llegaste?.

—¡Hace unos dies minutos!, ¿que limpiabas las habitaciones están limpias yo las revise anoche?,—me cruzo de brazos—,que yo sepa todo está limpio.

—Si pero encontré unos ratones muertos y quise limpiar para que el olor no se espandiera,—explica—,sería orrible sentir ese olor en la casa.

—Tienes razón, bueno no sé si vas a cenar aquí pero si no quieres puedes irte, anoche no dormí nada y nesecito descansar.

—Ya me tengo que ir, la cena está lista en la cocina puede cenar cuando le apetezca,—dice caminando—,hice tu comida favorita, tu papá me explico que tipo de cosas te gustaban.

—¡Muchas gracias!,—le digo cuando ella sale de la casa tomando sus cosas—,pasa buenas noches.

—Buenas noches linda,—le sonrió y ella se va, cierro la puerta con llave y camino hacia esa habitación.

Cómo dije yo a esta mujer no le tengo un poco de confianza, entro a la habitación y la manija chirrea, huele mal y no lo puedo negar, priendo la luz, se ve que tiene mojo y telarañas...lo mas incómodo es una mancha de sangre en el piso, me agacho sobre el piso para ver si es fresca, se ve vieja de hace años para ser esacta.

Me levanto y quitó una sábana blanca que tapa unos sillones, al quitarlo están iguales de manchados que el piso, la sangre esparcida me da escalofríos, al parecer desde los homicidios no han limpiado este lugar, busco trapos y los limpiadores, quitó cada sabana que tapa los sillones y mesas en lugar tirandolas a la basura.

Tomo el Zorbeiio y como puedo levanto los sillones para sacarlos, los levanto a como puedo y comienzo a sacarlos uno por uno para meterlos a la pequeña cabaña que hay atrás de la casa...abro la puerta y bajo las cosas.

Salgo de la cabaña, claro que estoy loca quien sale de su casa a estas horas de la noche, camino hacia la casa. Al entrar sierro la puerta me doy la vuelta encontrándome con los ojos de el...

—¡Hola Lirio!,—mi respiración se agita ¿que diablos hace aquí?—,ví que la casa estaba sin llave y decidí entrar.

—No te enseñaron que a una casa ajena no se entra sin permiso,—abro la puerta—,vete.

—¡No me pienso ir!, vine de visita almenos ofreceme una tasa de café,—dice caminando hacia el salón—,no seas mal educada.

Lo voy a matar si me hace perder la paciencia, lo juro.

—Vete ahora,—suspiro—,estoy ocupada y no tengo tiempo para tus pendejadas.

—Te puedo ayudar,—se ofrece—,¿que dices?.

—¿Te lavaron el cerebro o algo parecido?,—digo tomando una barra de hierro que se encuentra en la mesa—,O te vas o te golpeó con esto, tu decides.

—¡No me darás con eso!,—dice incrédulo pero puede que yo esté más loca que el, me acercó a el acorralandolo contra la pared, con el fierro entre sus piernas.
—No me tientes,—digo golpeándole las piernas—, vete.

Solo corre y no mires atrás.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora