POV BILLIE
Y ahí estaba, en el aeropuerto, esperando a Victoria. Por fin, el día había llegado. Miré el reloj, según lo que me dijo, su avión aterrizaría en unos cinco minutos y ella debería salir justo donde estaba. Los nervios no me habían soltado desde la mañana, así que distraída abrí Instagram y empecé a pasar historias sin prestarles mucha atención. Cuando levanté la vista, entre toda la gente, la vi.
Victoria destacaba como siempre, incluso con su chaqueta y gafas de sol que intentaban disimular el cansancio. Sus ojos me encontraron en medio de la multitud, y en ese instante una sonrisa apareció en su rostro, al igual que en el mío. Sentí una calidez intensa en el pecho, como si algo dentro de mí se encendiera solo de verla.
—¡Victoria! —la llamé mientras me acercaba a ella con los brazos abiertos.
Dejó caer su mochila al suelo y me abrazó fuerte. Yo apreté también, como si necesitara sentir su presencia después de todo este tiempo, después de la tensión de los últimos días. Su abrazo me llenaba de una extraña paz y, al mismo tiempo, una sensación desconocida, como si no quisiera soltarla nunca.
Nos separamos después de unos segundos, ambas sonriendo. Podía ver que ella estaba un poco avergonzada, y seguramente yo me veía igual, pero intenté mantenerme normal.
—Pensé que te habías olvidado de venir —bromeó Victoria, con una sonrisa que revelaba algo de timidez.
Me reí y mi vista se posó en sus ojos.
—¡Jamás! No olvidaría algo tan importante.
Le dediqué una sonrisa y le indiqué el camino. —Vamos, que tengo planes para que conozcas lo mejor de Los Ángeles.
Le ayudé a cargar su maleta mientras ella se colocaba la mochila al hombro, y caminamos hacia el estacionamiento. Guardé todo en el maletero y, ya en el auto, intenté poner música, pero no me decidía qué canción elegir. Así que opté por poner mi playlist en aleatorio y dejar que Spotify decidiera por mí.
Al principio, un silencio extraño se introdujo en el ambiente entre nosotras. Ninguna de las dos hablaba, y por un segundo me sentí nerviosa, pensando en cómo romper el hielo sin hacer que las cosas se sintieran incómodas. Finalmente, me animé.
—Así que... el tour fue todo un éxito, ¿eh? —le dije, lanzándole una mirada rápida.
Victoria asintió, acomodándose en el asiento con una sonrisa.
—Sí, aunque en Texas casi me derrito con el calor. Pero, oye, creo que mi paso por Los Ángeles dejó una gran impresión. Mis amigos no paran de hablarme de eso, me tienen loca con sus teorías sobre… tú y yo.
Reímos juntas, pero luego el recuerdo de la última vez que nos vimos y ese beso apareció en mi mente, y sentí cómo una mezcla de nervios y ternura se me enredaba en el pecho. Evité escribirle después de ese momento para no ponerme a pensar demasiado. Respiré hondo y, con una sonrisa tranquila, hablé.
—Supongo que estamos en el ojo de Twitter. Oye, y sobre eso... quería que tuvieras claro que... bueno, me alegra mucho que hayas venido.
Victoria suspiró y, en un momento, la noté mirándome. Estábamos en un semáforo, y, por unos segundos, me sentí incapaz de voltear a verla. Sentía su mirada sobre mí, y al mismo tiempo, una mezcla de incomodidad y emoción que no podía entender del todo.
Finalmente, ella rompió el silencio.
—Lo mismo digo, me alegra estar aquí… contigo. Menos mal que el tráfico no te hizo cambiar de opinión.
En ese instante, me atreví a mirarla y, al encontrar su mirada, sonreí. Fue como si toda la tensión, invisible pero presente, se disipara en un suspiro. Nos quedamos así un par de segundos, solo sonriendo, y sentí como si ese instante durara mucho más.
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ESTRELLAS FUGACES - BILLIE EILISH X YOUNG MIKO
RomanceLa vida del artista es complicada agendas apretadas y poco tiempo, como gestionarán esto. Datos Cambiados historia de ficción. ATT.YEFRI