𝘿𝙧𝙪𝙜𝙨 | Spruan

03

El bullicio afuera de los camerinos era aún más escandaloso que estar escuchándolo desde fuera y ese era un pequeño problema para ambos castaños que yacian dentro del camerino del más bajo puesto que habían decidido ir a charlar sobre sus aventuras fuera del país.

── ¡Es un estúpido!

── Lo sé.

── ¿¡Cómo se le ocurre!? Te dijo que eras el amor de su vida, su destinado maldita sea.

── Ni siquiera yo lo entiendo, Juanito.

── Si no fuera mi amigo, te juro que lo mataría ahora mismo.

Con decir que habían ido a decir sus experiencias fuera del país, realmente nos referimos a que, ambos después de no verse por mucho tiempo, habían decidido chismear hasta el cansancio y criticar a las personas, en este caso a Luzu, la ex pareja de Auron.

── Igual no podrías, tienes un hijo y un hermano a quien rendirle cuentas.

El castaño menor lo miro mal y rodo los ojos, caminando como desesperado por todo el espacio, aún sin creer todo lo que decir el de mechón amarillo del dueño del local hasta que cayó en cuenta de que si Auron ya estaba ahí, su padre seguramente ya la abría dicho lo de su compromiso.

── Y amm.. ¿Que dijo tu padre? Eran buenos amigos.

── Ah pues ya creerás como reaccionó, dijo que yo era un estúpido por dejar ir a semejante hombre, gilipollas. Sí supiera en realidad como es ese chaval, te juro que le hablaría a sus matones para que se lo caguen a piñas.

El menor no pudo evitar reía ante las expresiones del contrario y es que a pesar de llevar conviviendo toda su vida, aún se le hacía algo gracioso el acento del mayor y todas las palabras que utilizaba para insultar.

── ¿Y ya?

── Bueno, tío, no. También dijo que a raíz de eso y de la desprotección de Luzio, algo paso con el negocio.──Volteo a verlo con una ceja alzada y el de lentes trago seco antes esto── Me dijo que tú hermano está involucrado en este circo, pero joder, que seguramente es una ridiculez como de costumbre, no me sorprendería que me quisiera cancelar la puta tarjeta para ahorrar dinero.

── Supongo que es un tema complicado.

Le dió unas palmadas en la espalda, haciéndose el inocente como si no supiera nada y es que con esa cara de ángel que se cargaba, nadie creería que estuviera involucrado en cosas como el narcotráfico.

── Y bueno si, ni siquiera le dije cuando llegue aquí.──Juan abrió los ojos ante la declaración, menos mal aún no hablaban sobre la futura boda.──¿Quieres que te lleva a casa? No tengo lío con eso, me queda de paso a la casa del gilipollas de mi padre y podré hablar con él.

── ¡C-claro! Dame un segundo para cambiarme, no quiero llegar a mi casa oliendo a prostituta batata y que mi hijo me pregunté dónde estuve.

── Pero apúrate, diva.