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Era una mañana como cualquier otra en el apartamento de los Nakano, un lugar donde seis habitaciones albergaban a las quintillizas y a su hermano menor, Tn. Nos centraremos en la primera habitación.
—Ahhh... —bostezó Tn, tallándose los ojos con pereza mientras se revolvía en su cama.
El joven, con cabello rubio y ojos color ámbar, no compartía rasgos físicos con sus "hermanas", pero eso no impedía que existiera un profundo lazo familiar entre ellos. Especialmente con Nino, con quien siempre había sido más cercano desde pequeños.
—Unos minutos más no le hacen daño a nadie... —murmuró mientras volvía a acomodarse entre las sábanas.
Mientras tanto, en la sala...
—¿Están listas, chicas? —preguntó Ichika mientras bajaba las escaleras del segundo piso con una sonrisa despreocupada.
—¡Sí, listas! —respondieron Miku, Itsuki y Yotsuba al unísono, haciendo una pose militar, como si estuvieran sincronizadas.
Nino, sin embargo, permanecía en silencio, perdida en sus pensamientos mientras observaba la mesa frente a ella.
"Si Tn conoce a alguien más en la secundaria... ¿me dejará de lado?" Su respiración se agitó ligeramente al imaginarlo.
"No podría soportarlo... Después de todo, prometimos casarnos. Si no es mío... no será de nadie."
Un destello oscuro se reflejó en sus ojos mientras apretaba los puños con fuerza, tratando de sofocar su creciente enojo.
—¡NINO! —gritó Ichika, dándole un pequeño pellizco en la mejilla para llamar su atención.
—¿Eh? ¿Qué pasa? —respondió sobresaltada, desconcertada al regresar a la realidad.
—Nosotras nos vamos ya. Tú encárgate de despertar a Tn. Sigue dormido como siempre. —Las cuatro hermanas hablaron casi al mismo tiempo mientras tomaban sus mochilas y salían del apartamento.
Nino observó la puerta cerrarse y, al quedarse sola, una sonrisa ligera pero inquietante apareció en sus labios.
—Eso será perfecto... solo Tn y yo... —murmuró para sí misma, comenzando a subir las escaleras hacia su habitación.
Mientras ascendía, trataba de bloquear las imágenes que envenenaban su mente: Tn rodeado de compañeros, hablando con chicas... o peor aún, teniendo una novia. Esas ideas le resultaban insoportables.
"Si alguien intenta alejarlo de mí... juro que la mataré. Mi hermanito es mío. Solo mío."
Al llegar frente a la puerta, tocó con suavidad.
TOC TOC TOC.
—¿Tn~? —susurró con una voz cargada de dulzura, aunque con un trasfondo perturbador.
Sin esperar respuesta, giró el pomo lentamente y abrió la puerta con cuidado. Lo encontró como lo esperaba: recostado contra la pared, durmiendo profundamente. Su rostro reflejaba una tranquilidad absoluta, como si nada en el mundo pudiera perturbarlo.
—Jejeje... este será nuestro momento especial de hermanos~ —murmuró mientras se acercaba sigilosamente.
Sin dudarlo, se subió a la cama, colocándose delicadamente sobre él.
Mientras tanto, en el sueño de Tn...
—¡GO-LA-ZO! —gritaba un comentarista en su mente. —¡Tn marca el gol decisivo que le da la victoria a su equipo en un partido histórico!
