Una cosa es habituarse a un hecho concreto, a algo que, simplemente, sabes que va a suceder sin remedio alguno, por más que actúes o digas algo distinto de lo normal, porque no es como si se pudiese controlar lo que va a suceder alrededor del suceso en cuestión, pero, otro elemento a tener en cuenta, y que es muy distinto, es acostumbrarse realmente a ello, tanto en mente, como en corazón, y en caso más extremo en alma, dejando de luchar por cambiarlo. Y, no, de hecho, este no era el caso, aún si a cierto joven de mirar caoba le estaba costando un poco asimilarlo aún en la actualidad, pese a ser algo que llevaba viviendo en su ser desde lo que parecía ya una eternidad.
Ranko no solo era su rival.
No.
Ya era imposible concebir dicho concepto sin añadir los matices adecuados, que si, los había, y demasiado contradictorios en ocasiones, después de todo, había más, incluso en mayor cantidad de lo que su mente pudiese llegarse a imaginar.
Desde un inicio, las cosas entre ellos no fueron normales, al menos, no precisamente: iban a las mismas clases, ya que se encontraban en el mismo centro, en el cual, curiosamente, siendo expresamente de chicos, había logrado colarse aquel diablillo de rojos cabellos, que, velozmente, ganó la atención de todos, y, no era para menos, pues la joven, tan arrebatadora tanto en presencia, como en personalidad, llamaba poderosamente la atención entre todos aquellos estudiantes, que no acostumbraban a que de buenas a primeras hubiese una chica en el centro. Y, si bien, en un inicio, buena parte de los chicos trataban de cortejarla, luego acababan por desistir a que surgiese algo sincero y genuino, pues la muchacha no se veía interesada en un romance; pese a ello, jamás le hizo ascos a ningún regalo que viniese por parte de sus admiradores, a fin de cuentas, ser querida y mimada era una de las situaciones favoritas de Saotome.
Aún rechazándoles, siempre tuvo una buena relación con estos, y era básicamente una más, de hecho, tampoco era como si tuviese otro remedio si lo que quería era encajar y, además, destacar, aunque ya con solamente tener una anatomía completamente distinta destacaba muy por encima de los demás. Bonita, personalidad decidida, y buena en combate, debía a la lista agregarse esto último, porque, si, era más fuerte que buena parte del instituto, podría hasta decirse que todo, no tenía reparos a la hora de un combate, y jamás se negaba a ninguno, motivo por el cual pudo el Hibiki tener la excusa perfecta para acercarse a la tan codiciada Ranko.
A pesar de ser tímido con las mujeres en general, la de cerúleo mirar no lo hacía sentir ese nerviosismo, al menos no el que con cualquier fémina sentía; la pelirroja era distinta, tenía algo que le interesaba en demasía, y, de hecho, esto siendo justamente lo que a toda costa trataba de ocultar, disfrazándolo con envidia, con la "rivalidad" que ansiaba tener con la fuerte chica, sabiendo de antemano que era una vil mentira: Ranko Saotome le gustó desde un comienzo, ya fuese por su forma de actuar, a veces pasota, otras más aplicada, pero siempre noble y preocupada de sus seres queridos, junto con su linda sonrisa, que podía ser tanto real como esa sarcástica, o la burlona, e incluso la pícara que en su repertorio tenía, añadiéndole a todo esto, encima, la gran belleza que poseía, sus inigualables fortalezas, o más bien, todo junto era motivo, más que suficiente, para empezar a ir desarrollando sentimientos.
No podía evitarlo, ella era tanto el demonio que le hacía querer pecar en su profunda mirada, en sus atractivos labios, como el ángel que le mantenía con vida, pero en todo caso, Saotome seguía siendo una intensa tentación, incapaz de obviar así como así, y con su justa razón, por algo ahora, en Nerima, los pretendientes se le sumaban a la lista de los anteriores, todos encantados con la joven.
Pese a los celos, demasiado evidentes en ocasiones, que Ryoga sentía en ese tipo de circunstancias, lo dejaba de lado, lo ignoraba, no prestaba ni un ápice de atención, a final de cuentas, no era como si tuviera derecho a reclamar nada a ninguna de las partes implicadas en los flirteos, siendo los dos tan solos rivales, aún si deseaba más que eso, más que esa etiqueta que el propio muchacho les había impuesto, haciéndola casi inamovible.

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𝙐𝙣𝙚𝙭𝙥𝙚𝙘𝙩𝙚𝙙 (𝙍𝙮𝙤𝙜𝙖 𝙭 𝙍𝙖𝙣𝙠𝙤)
Fanfiction-Serie de one-shots, con una especie de conexión indirecta entre sí en los cuales se muestra el amor que, de una u otra manera, ambos jóvenes se demuestran. (No tienen una duración específica).