Metí las llaves en el cerrojo para abrir la puerta del apartamento. Como siempre, vacío y oscuro. Acababa de finalizar un día agotador de clases y exámenes. Agotada me tiré en el sofá de cuero como si de un imán se tratase. Tenía la mira perdida en el turquesa de las paredes de mi pequeño pero acogedor salón cuando llamaron a la puerta. Mis vecinos tenían mucha edad, así como el piso en el que vivía. Por lo que antes de abrir la puerta temía a que uno de estos se hubiese ocasionado algun daño físico, ya que era la unica chica joven del edificio, solo yo podría llevarlos a urgencias. Al abrir la puerta me encontré con una Magdalena preocupada.
-¿Ocurre algo Magdalena?
-Si muchachita, su baño a calado en mi salón.-Dijo la anciana muy preocupada.
-Un siniestro, llamaré a la agencia señora.-Le sonre8
-Este edificio tiene mas años que yo, ¡ y eso ya es decir!
-Se conserva muy bien señora.
-Por cierto, necesito que arregles el baño cuanto antes mejor. Tengo que vender mi apartamento y para las visitas no me gustaría que el techo gotease.-Dijo despreocupada.
-Haré lo que pueda señora.
-Buenas tarde, cielo.
-Buenas tardes, señora.
Cerré la puerta y me giré quedandome en shock al ver las ventanas abiertas de par en par.
La semana pasó lenta. Magdalena recibía visitas continuas a la vulnerable casa. Suerte tenia la mujer. Estaba volviendo a buscar mi libro favorito, Pete Pan, por sexta vez desde la semana pasada, cuando Magdalena tocó al timbre. Sigue sin aparecer. Deslicé los dedos por las enciclopedias de mi estantería buscando a ver si el granuja de Peter se había escondido por ellas. Una enciclopedia cayó al suelo causando en mi un sentimiento de desconcierto. Le resté importancia cuando el dichoso timbre sonó en la puerta. Abrí sin antes mirar por la mirilla.
-Señora los fontaneros están al ...- Abrí mis ojos y subí mi mirada para encontrarme a un hermoso muchacho que descansaba sobre el marco de ls puerta.
-¿Magdalena, es usted?
-Yo...- Carraspeé.- Es abajo.
-Entiendo.-El chico no me miraba a los ojos parecía perderse en el contraste de la luz. Asustada cerré la puerta.
A la mañana siguiente Magdalena llamó a mi puerta.
-Buenos dias señora.- adormecida.
-El chico que vino ayer a tu apartamento ¡ha comprado el mio por un pastón!
- ¿Comó?- ¿ Cómo un muchaho puede tener tanto dinero? ¿ Cómo dar tanto dinero por este edificio?
-Se mudó está mañana a las seis, no tiene muebles ni nada ¡Que bien!-Dijo alegre
-Que extraño... ¿ Cómo se llama ?
-Harry...-Pronunció la anciana con un acento raro.
-Harry... Harry Styles.- Dijo el chico por detras completando a la anciana y con la mirada en otro sitio el cual no era mi rostro.
Siento actualizar tan tarde pero me siento como que nadie lee la novela. Ni siquiera se sus opiniones. Me gustaría saberlas y si debería continuar ahora que empieza lo bueno. Belén