La encontré como uno se suele topar con las personas, en un trabajo un conocido le dijo a alguien más que yo podía ayudarle en algo que necesitaba en ese momento, así que un día nos encontramos, cruzamos nuestras miradas y empezamos una conversación que seguimos sosteniendo hasta el día de hoy, desde el primer día algo que no sabíamos que era nos conectó, nos juntó, después de ese primer día seguimos encontrándonos, conversando, hasta que un día, yo, asumiendo un papel masculino que no me corresponde por naturaleza decidí iniciar algo invitándola a salir, ella acepto pero dijo que no quería ningún tipo de rumba, ni fiestas, solo salir a comer y tal vez tomar algo suave, yo acepte sabiendo que era un afortunado de que ella dijera que sí, tenía mucha suerte de que ella se fijara en mí, en esa primera salida nos entendimos, me gustaba que ella fuera quien pidiera para los dos, que ella decidiera por mí, sentía que me hacía todo más fácil, además me gustaba lo que ella pedía para ambos, luego salimos un par de veces más, nuestro primer beso fue delicioso, me encanto como sabia su boca, sus labios me encantaron, luego de la cita en donde nos besamos siguieron otras en donde las cosas se ponían cada vez más candentes entre los dos, hasta que un día me invito a subir a su apartamento a tomar algo después de que habíamos salido a comer, yo entre y ella rápidamente me arranco la ropa, me desnudo sin todavía ella quitarse su vestido, me toco por todas partes mientras me decía que le encantaba lo que veía, le gustaba mi cuerpo, luego me dejo quitarle el vestido y la ropa interior y nos fuimos a su recamara en donde hicimos el amor como dos enamoradas, fue suave y delicioso, lleno de caricias, besos y movimientos suaves que nos hicieron llegar al clímax en varias ocasiones.
Luego de esa primera vez siguieron muchas más, nos encantaba hacer el amor, ella me tomaba entre sus brazos y sus piernas haciéndome sentir que era ella quien me montaba y a mí me encantaba sentirme poseído por ella, adoraba cuando ponía sus manos en mis nalgas y me daba nalgadas para que me moviera más rápido para complacerla, con el tiempo los pellizcos y mordiscos llegaron con las palmadas y los disfrutaba mucho, me encantaba cuando me mordía, cuando me apretaba la espalda y mi colita haciéndome sentir poseída, después de salir un tiempo decimos empezar a vivir juntos, yo me mude a su apartamento, ella decidido como nos organizaríamos, donde iría la ropa de cada uno, entre otras cosas, yo acepte contento de tener un buen espacio para descansar, tener un hermoso lugar donde vivir con la mujer que amo y mejorar en mucho mi calidad de vida. Desde el primer día note que parte de la ropa femenina, la más vieja y usada ella la había dejado en el closet donde organizamos mi ropa, yo no dije nada pensando que era debido a que en el espacio de ella ya no cabía esa ropa, también note que a cada rato ella se refería a mí de forma femenina, decía nosotras para referirse a las dos o me decía niña, señorita cuando me preguntaba por qué había dejado algo tirado en la sala, algún plato sucio, o ropa sucia en el baño.
Después de varios meses de vivir juntas ya estábamos muy acomodadas la una con la otra, nuestra vida era divertida y salíamos frecuentemente, también disfrutábamos de una deliciosa vida sexual, fue en una de las salidas cuando las cosas se prestaron para que ella me invitara a usar por primera vez su ropa interior, esa noche habíamos salido a tomar un par de tragos en un bar cerca a la casa, mientras tomábamos nos besábamos y las dos ya teníamos muchas ganas de tener sexo, era una noche lluviosa y cuando salimos del bar llovía poco, pero en el camino la intensidad de la lluvia se incrementó y llegamos a la casa empapadas, como además estaba haciendo mucho frio decidimos darnos una ducha juntas, yo entre primero, me quite toda la ropa mojada y me metí debajo del agua caliente, luego ella llego y se quitó todo salvo las pantis, se metió con ellas al baño mirándome traviesa, nos comenzamos a besar y tocar, ella me ponía jabón a mí y yo a ella, en un momento me dijo que necesitaba lavar sus pantis, pero que no le gustaba hacerlo sobre su cuerpo, yo la mire interesado, entonces me dijo que la mejor forma de lavar pantis era hacerlo a mano en la ducha, que usualmente se lavaban mientras estaban siendo usados, yo no le creí pero ella me lo aseguro, me dijo que esa costumbre venia de lo rico que se sienten las pantis cuando están mojadas, entonces se bajó las pantis y tomándolas con las manos las abrió mientras me decía que las usara para que sintiera lo rico que es cuando se usan unas pantis bien femeninas mojadas, entonces ella misma me las puso y mientras lo hacía comenzó a besar mi verga, a lamerla, luego subió las pantis y comenzó a tocarme encima de ellas mientras me preguntaba si se sentía rico usar pantis, yo respondía que sí, que me gustaba, estaba muy excitado, sus caricias ya me tenían muy caliente, ella tomo jabón líquido y me puso mucho entre las piernas, eso ya me puso además muy suave y como las pantis de ella que ahora yo estaba usando eran de tipo clásico mi verga quedaba completamente adentro de las pantis, ella me seguía tocando mientras me decía que me quería masturbar como una señorita, me dijo que quería que mojara las pantis como una señorita para ella y me pregunto si la podía complacer, yo le decía que sí, que me iba a mojar como una señorita para ella, que haría todo lo que me ordenara, ella me tocaba, me estaba masturbando como una señorita en el baño, en la ducha, me gustaba como se sentían las pantis de suaves, de mojadas, como sentía sus caricias en mi verga, como me tocaba como si fuera una mujer, entonces comencé a sentir que me iba a mojar, me iba a venir y se lo dije, ella me beso de la alegría y siguió tocándome de la misma forma hasta que sentí que me vine, mi semen se disparó en las pantis, sentí como se mojaban con mi semen tibio, ella tomo el semen con la mano y después de meterlo en su boquita me volvió a besar haciendo que compartiéramos mi semen en las boquitas, luego de que me hiciera terminar me dijo que me quitara las pantis y se las devolviera, luego agrego que pronto tendría mis pantis propias para tocarme como su señorita, yo sonreí saliendo del baño y me fui a comer algo para recuperar fuerzas para cuando fuéramos a la cama pues me seguía sitiando muy caliente y excitado y sé que ella también quería que tuviéramos sexo esa noche
Dos días después cuando estábamos acostadas para dormir ella me pregunto si había pensado en lo del baño, yo respondí sinceramente que, si lo había hecho, le Conte que lo había disfrutado mucho, le confese que usar pantis me había gustado más de lo que me imaginaba y que esperaba que repitiéramos esa deliciosa experiencia cuando tuviéramos oportunidad, incluso le dije en forma de chiste que la próxima vez iba a dejar que también me pusiera sostenes
ESTÁS LEYENDO
Ella me feminiza
FantasyHistoria de fantasía de un hombre que es convertido en una linda mariquita travesti y sumisa por su esposa