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Narra Claire.

— Disfruta tu luna de miel, puede que toda esta mierda sea por un puto contrato, pero tendrás un jodido viaje a las Bahamas —una Alice ebria me toma de los brazos —. Si llegas a New York sin haber tenido ni un momento de calentura te llevare a una habitación lleno de strippers para que tengas orgasmos multiples o lo que sea, oíste, Claire Bonnet.

Pestañeo dos veces antes de reírme descontrolada.

Creo que no he mencionado como es Alice ebria, suelta muchas groserías y piensa un poco, mucho, en sexo.

— Hemsworth, estas muy loca y ebria —tomo sus manos —. Disfrutare, ¿bien?

— Eso espero, por cierto, en tu maleta deje unos regalitos por si no quieres tener orgasmos a costa de tu esposo —suelta una risa ahogada —. Ahora mueve tu precioso culo y ve donde ese hombre que te espera.

La abrazo por ultima vez antes de que Luke llegue y se la lleve a alguna habitación para que duerma. Me despido de mis amigos y voy donde Nicholas, quien me espera frente al yate que nos llevaría a la ciudad.

Aproveche su distracción para darle una mirada de arriba a abajo, ahora vestía unos jeans azul claro, un hoodie negro con capucha y zapatillas blancas, con esto pude confirmar que se podía ver bien hasta con la ropa más simple. Ambos nos habíamos cambiado de ropa a algo más cómodo ya que estaríamos casi 17 horas en el jet privado de los Ricci a las Bahamas. Yo iba con unos lindos Jeans negros acampanados, un sweater color crema corto punto trenzado y zapatillas blancas.

Al llegar a Nicholas levanto la mirada de su celular y tomo mi mano ayudándome a subir al Yate, el subiendo seguido de mi. El yate era gigante, tenia dos cómodas habitaciones, una gran cocina con comedor y sala de estar, y un baño perfecto para cuatro personas.

Me senté en el sofa y mire por la ventana detrás mio como nos adentrábamos al mar.

— Las maletas se irán aparte —dice Nicholas bajando las escaleras —. ¿Quieres tomar algo?

— Estoy bien —le doy una sonrisa baja.

El asiente y se sirve un poco de café, supongo para soportar el viaje, el sol cada vez bajaba más y al llegar a la ciudad ya había anochecido.

...

Me estire sobre la gran cama y solté un bostezo, habíamos llegado hace 15 minutos a la villa donde nos quedaríamos con Nicholas por dos semanas completas, todo esto cortesía de Rosie y siendo sincera, es maravilloso el lugar.

— Cenemos —aparece Nicholas y se recarga en el marco de la puerta —. No has comido nada en más de 10 horas, arriba.

— Estoy cansada —murmuro y lo miro frunciendo el ceño.

— Por eso, mientras más rápido bajes a cenar, más rápido vendrás a dormir —se cruza de brazos divertido por mi expresión.

— Contigo no se puede ganar, ¿o si? —me siento en la cama.

— Tu si puedes, aún no lo intentas —se retira.

¿Qué quiso decir con eso?

Me revuelvo un rato en la cama antes de dignarme a levantarme y bajar al comedor. Nicholas coloco los platos en la mesa justo cuando llegue y me hizo una seña para que tomara asiento.

La cena era una especie de omelette relleno con champiñones, algunas verduras y queso. Y dios, olía delicioso.

— ¿Te gusta cocinar? —le pregunto curiosa.

Tomo la botella de limonada y sirvo en los dos vasos mientras Nicholas se sienta frente a mi.

— Si, pero solo cosas saladas —me mira —. Soy pésimo haciendo postres y pasteles.

Cicatrices Del PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora