Al salir del aeropuerto, el aire fresco de Nueva York me envolvió y una oleada de emoción recorrió mi cuerpo. Era un mundo completamente nuevo, lleno de posibilidades y aventuras. No podía esperar a reunirme con Jake, mi novio y cantante estadounidense, después de tanto tiempo.
Al salir de la terminal, busqué con la mirada y, ahí estaba: Jake, de pie junto a un automóvil, su sonrisa radiante iluminando el lugar. Su mirada se encontró con la mía, y sentí cómo mi corazón se aceleraba. Corrí hacia él, y en cuanto llegué, me abrazó con fuerza.
—¡Hana! —exclamó, desprendiendo su alegría—. Te he extrañado tanto.
—Yo también, Jake. ¡Es increíble estar aquí! —respondí, sintiendo que el mundo a nuestro alrededor desaparecía.
Mientras nos subíamos al auto, mi mente estaba llena de planes. Habíamos acordado grabar un video musical para hacer pública nuestra relación, y el pensamiento me llenaba de emoción y nervios al mismo tiempo. Jake arrancó el motor y comenzamos a avanzar por las calles de Nueva York, iluminadas por las luces de los rascacielos y el bullicio de la gente.
—No puedo creer que finalmente estemos aquí, listos para compartir esto con el mundo —dije, mirando por la ventana mientras las luces parpadeaban y la música sonaba suavemente de fondo.
—He estado pensando en cómo quiero que sea el video. Quiero que capture nuestra conexión, lo que hemos vivido juntos —dijo Jake, su voz llena de entusiasmo.
A medida que hablaba, me sentía cada vez más emocionada. La idea de hacer público nuestro amor me encantaba, pero también había una parte de mí que se sentía inquieta. La conexión que había hecho con Minho durante el vuelo seguía presente en mi mente, aunque sabía que lo que tenía con Jake era real.
Llegamos al estudio y el bullicio de la música y las voces me hizo sentir un escalofrío de anticipación. Una vez dentro, lo primero que noté fue la decoración del lugar: posters de artistas legendarios adornaban las paredes, y el ambiente estaba lleno de energía creativa. La mezcla de risas y el sonido de guitarras eléctricas resonaban en mis oídos.
—Esto es increíble —murmuré, sintiendo cómo la emoción crecía en mí.
—Te va a encantar —dijo Jake, guiándome hacia una sala de grabación donde un grupo de músicos estaba afinando sus instrumentos.
—¿Podemos empezar a grabar? —pregunté, sintiendo la adrenalina correr por mis venas.
Jake sonrió y asintió. —Sí, pero primero quiero que escuches la canción que tengo en mente. He estado trabajando en ella y creo que es perfecta para nosotros.
Nos dirigimos a una cabina de grabación, y él me presentó a los demás miembros de su equipo: el productor, un hombre de mediana edad con una mirada intensa, y un par de músicos que parecían igual de emocionados. Al escuchar la canción, sentí que cada nota resonaba con mis sentimientos hacia Jake. La letra hablaba sobre el amor y la superación de los obstáculos, algo que sentía que ambos experimentábamos.
—Me encanta —dije, con una sonrisa radiante—. Esto va a ser perfecto para nuestro video.
Después de unas horas de ensayos y ajustes, Jake me tomó de la mano y me llevó a un área donde estaban planeando la filmación.
—Quiero que esto sea algo especial. No solo quiero que el video sea una representación de nosotros, sino que también quiero que la gente sienta lo que sentimos —dijo, mirándome a los ojos.
Mientras hablaba, sentí que cada palabra resonaba en mi corazón. Estaba claro que él quería hacer algo significativo, y eso me llenaba de felicidad. Sin embargo, la pequeña voz en mi mente me recordaba que Minho estaba en el fondo, esperando que lo atendiera.
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Entre canciones y vuelos
Teen FictionHana, una influyente figura en las redes sociales de Corea del Sur, mantiene en secreto su relación con Jake, un popular cantante estadounidense. Deciden hacer pública su relación grabando un video musical en Nueva York. En su vuelo, Hana se encuent...