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Cosa que me gusta a mí es calzarme¹ el mate en el brazo y salir con unos bizcochitos caseros pa'fuera.
Mi vieja me plantó el hábito de chiquito que uno tiene que levantarse antes de las nueve de la mañana al menos, aparte que todos los gallos del pueblo se ponen a gritar cuando sale el sol, tampoco hay chance de dormir así nomás.
Yo me despierto lento, me voy enterando de a poquito quién carajo va hablando alrededor mío. No es de malo, es de gil.
Por eso cuando vi el humo de lejitos y escuché un par de golpes pa'l lado de lo del Rengo, yo pensé que estaba probando algo el viejo.
La vieja Martita sale de casa con un cacho² de pan en la mano, mirando pa'l mismo lado que yo, solo que ella 'ta más despabilada.
―Agarrate las cosas pero ya mijo, nos vamos pero a la mierda.
Se metió pa' casa como pedo³, yo recién iba el cuarto mate y un bizcocho, por eso le hice caso a Martita, porque yo no tengo idea ni dónde ando parado todavía.
―Martita, yo me hago la mochila sí, pero ¿pa' dónde no' vamo' a ir viejita? Si el Rengo anda haciendo cosa rara en su chacra allá él, ¿no?
―Pero vo', ¿so' o te hacés?
―No viejita...
―¿Te hacés, Joaquin?
―No Martita,―me calcé la mochila en un hombro mirando pa'l suelo―es que yo no agarro cable⁴ como uste'.
―Lo del Rengo no son chasquibunes⁵, son bombas mijo, y agradece que no son grandes.―Se colgó el bolso en el brazo caminando pa' la puerta―Como yo no sé porqué carajo andan tirando bombas, no me voy a quedar cerquita de donde ya cayeron dos.
―Fue una, viejita...
―Cayó la primera a las cinco de la mañana Joaquin, arranca pa'fuera que no' fuimo'.
Yo seguí a la vieja por respeto y por sentido común, porque más sabe el diablo por viejo que por diablo.
Chapamo'⁶ las bicis y así como nos subimo' arrancamo' en la bajada del pueblo, yo siguiendo a la Martita todavía.
Ahí caí en cuenta que no pierdo la cabeza porque la tengo pegada, en la mochila me metí una muda de ropa, dos calzones, el mate, el termo, el cepillo, el celu con el cargador y ni un par de media'. Me metí una media sola.
La vieja agarró pa'l rancho de los Nuñez, yo parando cuando ella se bajaba de la bici.
―'Perame acá Joaquin, voy a ver si está la Bea o algo, capa' precisan algo vi'te.
Dejó la bici y el bolso tirado, se metió pa'l rancho y la esperé un ratito, mirando pa'l lado de lo del Rengo donde había humo todavía.
Salió pero con tremenda caripela⁷, se subió a la bici y ni vista de mirarme todavía.
―¿'Taba la Bea,  Martita?
―No.
Sonaba seria y seca, arrancó a pedalear y la seguí nomás, ni pregunto ni opino porque así uno se ahorra cada cosa...
La vieja le daba al pedal como no la había visto ante', pegamo' una vuelta después de un buen rato y estábamo' en la comuna del pueblo. 
Pusimos las bici' donde pudimo' porque 'taba lleno de moto', de más bici' y de auto no vi nada, raro pa' mí pero de vuelta, ni pregunto ni opino.
Nos metimo' pa' la comuna, 'taba llenito de gente y había un ruido de aquello'.
―¡Joaco!―El Kenai se me acercó con una cara que ni idea―Gil, me re asusté, vos estás re cerca de lo del Rengo, pensé que te había agarrado la huesuda⁸.
―No, no. Nos fuimos enseguida con la Martita, ¿ustedes hace cuánto andan acá?
―Y llegamo' hace como media hora gil, cayó tremendo coso a tres kilómetros de casa, sabe' el cagazo que me pegué⁹.
El tremendo ruido que había paró de golpe, y me hubiera encanta'o seguir hablando porque yo quiero entender qué mierda ta' pasando, el tema es que...
A mí me parece que el chasquibun que suena como que va a caer 'tá muy cerquita...






¹. Acomodar/colocar.
². Pedazo.
³. Rapidísimo.
⁴. Entiendo rápido.
⁵. Juego pirotécnico pequeño formado de pólvora y cal envuelto en papel que se usa lanzando al suelo generando una pequeña explosión.
⁶. Agarramos.
⁷. Cara desagradable o de abatimiento.
⁸. La muerte/La Parca.
⁹. El susto que me dio.



¿Dónde, mijo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora