Segunda parte del plan de Charlie: y durmieron felices para siempre

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La etapa dos del plan de Charlie consistía en vigilar los movimientos de su padre luego de lograr que Alastor se quedara dormido.

Miró el rostro profundamente dormido del locutor de radio en el sofá de la sala de estar y sonrió. Si ignorabas lo de asesino serial y caníbal, Alastor podía verse realmente tierno durmiendo, especialmente cuando se encontraba aferrándose como un niño pequeño a la prenda de ropa que le cubría.

Se sentó en el suelo de la sala, cerca de su novia, apoyando su espalda contra la pared. Ahora solo debía vigilar por si su padre se acercaba, pero los mensajes de Angel Dust le confirmaban que hasta el momento los tres seguían en la habitación del rey conversando y bebiendo.

Abrió un juego en su celular y trató de distraerse con eso ya que debía soportar despierta el mayor tiempo posible. Cuando comenzó a sentir que el sueño le invadía se levantó y fue a la cocina a servirse una taza de café. Mientras el agua hervía se mojó el rostro para alejar el cansancio.

Confirmó nuevamente mediante mensajes con Angel Dust que su padre seguía en su habitación con los chicos hablando quién sabe qué y volvió a la sala de estar donde el locutor de radio aún dormía en la misma posición arropado por el abrigo de Lucifer. Sus orejas habían caído sin fuerzas a los costados de su cabeza, lo cual daba la apariencia de que se encontraba profundamente relajado.

Se acomodó nuevamente en el suelo de la habitación con su espalda contra el sofá en que descansaba su amigo y abrió nuevamente el juego en su celular para continuar donde lo había pausado.

Sus oídos comenzaron a captar un leve sonido en la habitación, similar al sonido de interferencia que a veces producía la radio interna de Alastor y buscó con la mirada cuál era la fuente del sonido, notando que el sonido provenía precisamente del demonio que estaba detrás de ella durmiendo.

Al parecer Alastor lo estaba emitiendo, ¿sería su versión de ronquidos?, era un sonido muy bajo, para nada molesto y tenía que acercarse bastante a él para escucharlo. Sonaba muy similar al sonido que emiten las máquinas modernas de ruido blanco. Grabó un poco con su celular con la intención de estudiarlo más tarde.

Estaba cada vez más cerca del demonio venado tratando de localizar de qué lugar de su cuerpo provenía el sonido y evaluando si debía preocuparse por ello, cuando su celular empezó a vibrar una y otra vez. Caía un mensaje tras otro, algunos de textos y otros de audio. Leyó rápidamente que los de texto decían cosas como "SOS", "Pánico" y "Auxilio!!".

Con temor y mucha preocupación abrió uno de los mensajes de audio para escuchar los gritos de Angel Dust de completo terror.

"¡¡PRINCESA!! ¡NECESITAMOS AYUDA! ¡ENTRE LOS DOS NO PODEMOS CONTENERLO! ¡A TU PAPI LO POSEYÓ ALGO!! ¿Puede el mismísimo diablo ser poseído? - esa había sido la voz de Husk en el fondo- ¡LO QUE SEA! ¡NO SÉ! ¡PERO ALGO SE LE METIÓ! ¡¡VA HACIA USTEDES!!"

El audio se cortó justo en el momento en que Charlie escuchó los pasos en la escalera que bajaban a la sala de estar. Sintiendo su sangre completamente fría se giró lentamente sin levantarse del suelo de la habitación y usando el sofá como escudo asomó solo sus ojos para visualizar a su padre bajando las escaleras con las alas completamente extendidas. Sus ropas estaban arrugadas y rasgadas en algunas partes, dejando en evidencia el forcejeo que había tenido lugar minutos antes.

Cuando miró el rostro de su padre notó que su mirada no estaba enfocando nada, sus ojos estaban completamente rojos, sin pupila y no mostraba ninguna expresión facial. Parecía completamente hipnotizado y al caminar se tambaleaba un poco hacia sus costados. Tropezó con un par de muebles en su camino, pero no pareció siquiera notarlo mientras continuaba su andar hacia el sofá en que Alastor descansaba.

Charlie entonces notó que el sonido que había escuchado provenir de Alastor ahora sonaba un poco más fuerte, lo que la hizo dirigir su atención al demonio venado y pudo ver que sus ojos se encontraban levemente abiertos y perdidos, como si se encontrara en un trance. Le movió suavemente el hombro tratando de despertarlo, pero era como mover un bulto inerte, no había ninguna reacción por parte del demonio.

Desesperada y preocupada miró hacia la sombra de su amigo buscando ayuda, pero notó que esta no se encontraba en el lugar en la pared en que había estado minutos antes y que ahora estaba en el suelo de la habitación, con dos líneas verdes donde habitualmente estarían sus "ojos" como si se encontrase dormida igual que su amo.

Decidiendo que esto ya era demasiado extraño se levantó rápidamente del suelo y se acercó con los brazos extendidos hacia su padre, mostrándole que no era una amenaza ya que no sabía si aún conservaba algo de conciencia en él.

- Papá. Por favor, para. No sé qué le hiciste a Angel Dust o a Husk, pero lo resolveremos y todo estará bien, ¿Sí?

Lo único que obtuvo como respuesta fue un absoluto silencio. Su padre ni siquiera le miraba, solo miraba en dirección al sofá.

- Papá, por favor. En serio, esto no es gracioso. Me estás asustando y Alastor me tiene muy preocupada. ¡Por favor! ¡Reacciona!

Su padre la ignoró completamente, haciéndola a un lado y caminando hacia el sofá. Se acomodó entre los brazos del venado y comenzó a expandir sus alas para envolverlos a ambos.

- Bien. Si no vas a escuchar por las buenas...

Charlie caminó furiosa hacia la cocina, llenó una jarra con agua fría y volvió con pasos iracundos a la sala, arrojando todo el contenido sobre los dos hombres que descansaban en el sofá.

- ¡¿PERO QUÉ EN EL MALDITO INFIERNO TE PASA?!

Charlie nunca pensó que estaría tan aliviada de escuchar a su padre maldecir. También pudo escuchar a su novia y a Niffty despertar agitadas ante los gritos. Vio que su padre se había levantado rápidamente tratando de alejar sus ropas frías de su cuerpo. Se sintió aliviada al notar que sus ojos habían vuelto a la normalidad. Alastor también había despertado abruptamente y se encontraba boca abajo en el sofá tosiendo con fuerzas, sacando con sus manos algunas plumas mojadas de su boca. Se enderezó, miró a Charlie, a la jarra vacía en sus manos y a Lucifer que aún gritaba maldiciones, empapado igual que él.

- No es mi manera favorita de despertar, querida.

- Supongo que no, pero nunca vas a adivinar todo lo que acaba de pasar.

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Puedo dormir junto a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora