La primera mañana

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Lucifer abrió los ojos lentamente, la luz de la mañana le molestaba y no recordaba haberse acostado. De hecho, desde que Lilith le abandonó, ya casi no dormía. Trabajaba en su taller por días o semanas hasta que se desmayaba de cansancio y ese era su equivalente a dormir.

Poco a poco reconoció un poco mejor donde estaba, parecía el hotel de su querida hija, pero no reconocía este lugar en particular. Pudo ver a un costado de la habitación lo que parecían luciérnagas y árboles. Apestaba a magia negra así que sin duda era obra del odioso hotelero.

Notó que su cabeza descansaba sobre una almohada. Esto sí que era extraño, ¿hace cuántos años que él no se acostaba en una cama? Dormiría en su mesa del taller o hasta en el piso o en un sillón así que no tenía sentido haber comprado una cama.

Un movimiento bajo su mentón lo sacó de sus pensamientos. Dirigió su mirada hacia lo que se había movido y pudo distinguir dos orejas peludas sobresaliendo de una cabeza con melena roja. Dos pequeños cuernos sobresalían de la misma.

"Oh por favor que no sea....."

Detuvo el impulso de alejarse bruscamente y solo tomó un poco de distancia para continuar mirando más abajo tratando de no confirmar su sospecha.

"Por favor que no sea él, por favor por favor por favor por favor que no sea él...."

Su peor pensamiento se confirmó cuando pudo ver el rostro dormido bajo toda esa cabellera.

"Me cago en la puta."

Un escalofrío recorrió su columna ante otro pensamiento. Él y el pedazo de mierda caminante habían tenido...... ni siquiera podía completar la idea sin sentir repulsión. No recordaba haberlo hecho.... Pero tampoco recordaba haberse acostado en su cama así que la posibilidad existía.

Bajó su vista más allá del rostro durmiente y pudo distinguir ropas rojas cubriéndole. Se miró a sí mismo notando su propia ropa aun cubriéndole, incluso su chaleco rosado estaba allí.

"Gracias Santo Padre"

Suspiró de alivio lo más silenciosamente que pudo. Decidió que debía abandonar la escena antes de llevarse más sustos o que alguien los viera y malentendiera la situación. Porque todo era un enorme malentendido, ¿cierto?

"Quizás bebí demasiado. ¿Bebí algo? No recuerdo haber estado siquiera cerca del bar o del cantinero felino. ¿Comí algo en mal estado?, ¿Comí algo? Tampoco recuerdo si cené con los demás"

Mientras las teorías circulaban rápidamente por su cabeza intentando encontrar una explicación a su presencia en la habitación de su rival, y más específicamente en la cama de su rival, lentamente e intentando hacer la menor cantidad de movimientos posibles salió de entre las sábanas. Alejándose del cuerpo del demonio radio sin querer despertarlo porque si este le confrontaba no tenía respuestas o argumentos para contraatacar.

Una de sus piernas ya se encontraba fuera de la cama y colgando por el costado, solo necesitaba sacar la otra pierna y abriría un portal para huir de este lugar antes de que cualquier persona se enterara de que estuvo allí. Solo debía retirar la pierna sin que el otro lo notara.

"Ya casi. Por favor no te despiertes. Por favor no te despiertes. Por favor no te despiertes."

Su concentración estaba tan enfocada en no hacer ningún ruido o movimiento que pudiera despertar al otro, que no escuchó los veloces pasos que se acercaban a la puerta.

- ¡Alastor! ¡Charlie ya te dijo que debes desayunar con nosotr......

Las palabras murieron en la boca de Vaggie mientras su único ojo se abría a toda su capacidad sin poder creer lo que veía.

Puedo dormir junto a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora