UNIDOS | MEGUMI FUSHIGURO Y TÚ

I

—Mamá, ¿a donde iremos? —pregunto el inocente Megumi.
—Pronto te vas a enterar, a partir de hoy, ella será la persona que se encargue de ti sí?—expreso su mamá.

Ellos siguieron caminando donde su nueva vecina, pero ella tenía miedo de que cuiden mal a Megumi, la progenitora lo amaba con todo su corazón y no quería dejarlo, pero sabia que era lo mejor. Lo mejor para el mejor —pensó.

Al momento de ver una puerta marrón, Megumi la miró con miedo y ella tocó la puerta, al momento de empezar a tocar, Megumi preguntó — ¿Te vas a ir mami? —ella no sabía que decirle, él solo tenia 5 años y ella no sabía si él lograría entender la magnitud del caso, pero ¿Y si le mentía? ¿Sería lo mejor? —Nono, solo te cuidará por algún tiempo, recuerdas la promesa ¿verdad? siempre estaremos juntos mi Megumi —respondió.

Luego de seguir tocando, abrió una señora de 35 años, era de estatura baja, con cabellos lacios. Y los saludo —Hola Yui, y tú eres el pequeño Megumi, tu mami me hablo muchas cosas buenas de ti, que eres muy inteligente, muy capaz de todo, y muy caballeroso.

—Pasen, están en su casa—dijo la mamá de ___ Nakao, la niña de 5 años, también estaba en la casa, pero ella estaba durmiendo y no sabia que algo iba a empezar a cambiar. La señora Nakao, ya estaba enterada de todo y sabía lo que tenía que hacer, tratarlo bien, cuidarlo, respetarlo y amarlo como si fuera su propio hijo, claro para el señor Nakao estaba más que feliz, ya que estos tres señores fueron compañeros de secundaria, por eso mantienen una confianza estable.

—Mami, ya se tiene que ir mi Megumi—se levantó del sofá y empezó a caminar hacía la puerta. Pero el pequeño no sabia que pasaba, no sabia que hacer, no sabia que expresar, que decir, si correr, si llorar, si rogarle, él estaba asustado por dentro, pero no sabía si demostrarlo.

—Corre a despedirte Megumi—hablo la señora Nakao, al escuchar esas cuatro palabras, Megumi salió corriendo a abrazar a su mamá, él la iba a extrañar, y claro su mamá también.

Regreso, y se sentó a conversar un poco con la señora Nakao, tiempo después se despertó la pequeña ___. Ella camino hasta la sala, y se dio con la bienvenida de un nuevo integrante, Megumi.

—Mamá, y ¿Quién es él?—hablo con confusión. —Tu nuevo compañero, hija. A partir de hoy debemos cuidarlo como si dependiera de nuestra familia ¿si?, promételo mi ___.

—Claro, porque no, él se ve como todo un niño pequeño, así que debe ser mi deber cuidarlo ¿verdad? —después de decir esto, la pequeña __ le agarro sus dos cachetes a Megumi, y los estiro. 

—No hagas eso—hablo Megumi, él se había sonrojado, solo volteo la cara, para ocultar su sonrojado. 

—__, no debes de ser así con tu nuevo compañero. Ven Megumi, te mostrare tu dormitorio—el pequeño se levanto del sofá y se dirigió junto a la señora Nakao. 

Los días para Fushiguro y Nakao, no eran tan buenos por así decirlo, ellos se demoraron en agarrar confianza, tal vez porque el pequeño extrañaba a su mama, pero no lo hacia notar, el todavía pensaba en el porque su mamá, lo dejo, sin ninguna explicación. Si, es por su bien, pero el todavía no lo entendía, Nakao y él jugaban en los parques cerca de la casa de Nakao. Y era divertido correr junto a Fushiguro—pensaba Nakao. Para ella, él si era su compañero, y amigo hasta era como su pequeño hermano menor, desde la infancia. 

Pero para Fushiguro todavía era una simple desconocida, pero sin importar, cada día que pasaba Nakao hacia lo posible para sacarle una sonrisa a Fushiguro y deje de mostrar su cara de serio. 

Así fue hasta que ambos cumplieron, quince, Fushiguro ya había agarrado un poco mas de confianza con la fémina, pero igual era un poquito raro tener que convivir con una chica, que era un poco inmadura—según Fushiguro. 

—Ya vámonos al colegio—grito Nakao. Al notar que no escuchaba una respuesta, fue corriendo hacia el cuarto de Fushiguro y lo vio en su cama, sin despertar. Nakao al verlo, fue donde su mamá y agarró una botella con agua, pero antes su mamá le pregunto —¿Y eso para qué es?—

Nakao respondió —Para el dormilón de Fushiguro.—fue directo hacia la habitación y le tiro la botella, y le grito—¡Despierta dormilón!

Fushiguro al verla y al verse todo mojado se enojo y salió corriendo para perseguirla, pero noto como ella salió de la puerta de la casa y dijo —Mamá, ya me voy, te quierooo— y lo dejo a Fushiguro mojado, ya se le hacia tarde para llegar al colegio.

—Perdónala hijo—expreso la señora Nakao. —No se preocupe, tía, siempre ella tan "graciosa", me iré a alistar, si no, llego más tarde de lo que ya estoy—saludo y se retiro a bañarse y cambiarse. 

Estando en el colegio, Nakao y su amiga Yamada estaban caminando por el pasillo, mientras Yamada pregunto—¿Y Fushiguro?—Nakao solo se empezó a reir lo más fuerte posible y le dijo—Empapado en agua por dormilon—

—¿Y por qué empapado en agua? No me digas, le tiraste una botella Nakao!—grito y se empezó a reír también Yamada. 

Al momento de ingresar a la segunda clase, lo vio a Fushiguro y solo le dijo. —Buenos días Dormiguro—y Fushiguro solo se limito a rodar los ojos. 

—Te gusta fastidiarlo ¿verdad?—pregunto Yamada. 

—Claro, desde que llego a mi casa, y se convirtió en un nuevo compañero, me dedique a molestarlo, toda mi vida desde los cinco años. —expreso Nakao, pero sintió una mirada de un chico, Sato. Su nuevo compañero de colegio, para ella ya no era noticia que siempre la mire, a veces se quedaba hasta pegado mirándola a ella.

Nakao solo se entretiene hablando con Yamada, olvidando la mirada de Sato. 

—Pero, si llevan tantos años de conocerse, ¿Acaso no te gusta?, ya sabes dicen que si fastidias a un chico, es porque te gusta. —pregunto Yamada. 

—Pfff, gustarme Fushiguro? yo lo veo como si fuera mi hermanito menor, el hermanito menor que nunca tuve, no lo vería nunca como algo más que eso. ¡Como puedes decir eso Yamada!

—Ujumm, hagamos como que te creo Nakao, pero ya viste como te mira Sato?, poco más se le cae el ojo. —Al momento de decir eso, el profesor había llegado al aula, y empezó a dictar las clases. 

—Después hablamos de Sato ¿Si Yamada? —fue lo último que dijo Nakao. 

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Con amor, caroolab.