Conexiones y conflictos

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A medida que la noche avanzaba, Gala y Karime intentaron mantener la conversación ligera, aunque la tensión entre ambas seguía presente. Gala notó que Karime se mantenía más cerca de ella, como si ambos quisieran buscar esa conexión sin nombrarla explícitamente. La música y las risas a su alrededor crearon un ambiente en el que se sentían más cómodas, aunque el tema no se había resuelto del todo.

Sin embargo, cuando llegó un grupo de inversores, Karime se transformó. Su postura cambió, su voz se volvió más firme y su mirada más intensa. Gala la observaba, sintiendo admiración por su jefa en ese rol de líder, pero al mismo tiempo, la realidad del momento la hizo sentir un poco perdida.

Mientras Karime presentaba sus ideas, Gala se dio cuenta de que la atmósfera había cambiado. Algunos de los inversores la miraban con interés, pero también había miradas críticas. Gala se sintió insegura, preguntándose si podría encajar en este mundo tan diferente.

Después de la presentación, Karime se acercó a Gala con una expresión de triunfo.

—Lo hicimos bien, ¿verdad? —dijo, sonriendo.

—Sí, definitivamente. Te ves increíble cuando hablas de tu trabajo —respondió Gala, sintiendo que su corazón latía con fuerza.

Pero antes de que pudieran seguir conversando, un hombre del grupo de inversores se acercó a ellas, interrumpiendo su momento.

—Karime, impresionante presentación. ¿Cómo es que aún no has encontrado una asistente a tu altura? —preguntó el hombre, dirigiendo su mirada hacia Gala con un tono de desdén.

Gala sintió que el color se le subía a la cara. No sabía si el comentario estaba hecho con mala intención, pero no le gustó. Karime, sin embargo, mantuvo la compostura.

—Gala es una gran asistente, y ha sido clave para muchos de mis proyectos. Estoy segura de que haría un gran trabajo para cualquiera que tuviera el placer de contar con ella —dijo Karime, con una firmeza que sorprendió a Gala.

El inversor sonrió de manera arrogante, como si el elogio no le importara.

—Bueno, con esa actitud de asistente, no sé cómo lo haces, Karime. Deberías pensar en alguien más... llamativa —sugirió, sonriendo de manera provocativa.

Gala sintió que el estómago se le encogía. Esa insinuación la incomodó, y no pudo evitar alzar la voz.

—No se trata de ser llamativa, se trata de ser competente —dijo Gala, mirando al hombre directamente.

Karime se giró hacia ella, sorprendida pero claramente impresionada. La situación se tornó tensa y el inversor la miró, sin saber qué responder.

—Tienes razón, Gala. La competencia es lo que más importa —dijo Karime, apoyando a su asistente.

El inversor se encogió de hombros y se alejó, dejando a Gala y Karime solas nuevamente.

—Gracias por eso —dijo Karime, sonriendo con un aire de orgullo.

—No quería que te hicieran sentir mal. Me molesta cómo tratan de menospreciarnos —confesó Gala, sintiéndose un poco más empoderada.

Karime la miró con una intensidad que Gala no había visto antes.

—Sabes, eres más fuerte de lo que crees. Esa actitud es lo que me gusta de ti —dijo Karime, acercándose un poco más.

Gala sintió que las palabras de Karime resonaban en ella, pero al mismo tiempo, la tensión de lo que había pasado la hizo reflexionar.

—Karime, ¿crees que todo esto va a complicar nuestra relación laboral? —preguntó Gala, un poco insegura.

Karime suspiró, mirando a su alrededor antes de responder.

La asistente inesperada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora