introducción

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Me desperté con el sonido de mi teléfono, la pantalla iluminada en la oscuridad de mi habitación. Mi dedo pulgar se movió automáticamente hacia la pantalla, deslizándose sobre las notificaciones.

"6:00 AM. Buenos días", decía el mensaje.

Suspiré y me senté en la cama, con la espalda apoyada en la pared. Mi mirada se perdía en la pantalla, donde las redes sociales y los juegos en línea me esperaban.

Mi teléfono sonó de nuevo. Era Mateo.

"Hola, ¿estás despierta?", preguntó.

Sonreí.

"Sí, ya estoy despierta", respondí.

"¿Qué planes tienes hoy?", preguntó.

Me encogí de hombros, aunque sabía que Mateo no podía verme.

"Ninguno. Solo estaré en línea", dije.

Mateo no respondió de inmediato. Sabía que estaba preocupado por mí.

"Ten cuidado, Lila", dijo finalmente.

Sonreí.

"Siempre", respondí.

Y con eso, me sumergí en mi mundo virtual, olvidándome de la realidad que me rodeaba.

"Desconectada"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora