Acabamos de llegar al centro comercial donde compraría todo lo necesario para el evento de mañana. James aparco el carro en el parqueadero y ambos bajamos— Aún tienes tiempo de salir corriendo, ¿si sabes no? — él se rio mientras bajaba a su hijo quien había querido acompañarnos
— Solo son compras, ¿que tiene de malo?
— Todo — empezamos a caminar hacia el ascensor — no es fácil salir con una mujer a comprar ropa
— Puedo afrontarlo — me guiño un ojo y arquee una ceja — me tengo fé
•••
— ¿Ya estás cansado? — estaba viendo algunos vestidos apartándolos en mi mano a ver cuál me media
— Para nada, ¿por qué lo dices?
Porque estaba semi acostado en uno de los sofás de espera mirando pal techo y bostezando casi 5 segundos, por eso nada más
— Por nada — me reí yo sola mientras seguía viendo
Después de un rato de haberme medido los vestidos que había elegido volví al sofá encontrándolo en la misma posición mientras Samuel veía videos en el celular, me senté a su lado con las manos vacías
— ¿Que pasa? — preguntó
— Ninguno de esos vestidos me convence
— Me parece que estás buscando vestidos muy elegantes y es un evento casual, puedes ir muy relajada
— Pero quiero ir bien — apreté mis labios
— Con lo que te pongas te verás bien seguramente — lo sonreí agradecida con el comentario — ¿seguimos mirando?
— ¿Me vas ayudar?
— Claro
Asentí y nos pusimos de pie, tomó de la mano a Samuel y salimos de esa tienda para ir a otra
— Mi hermana compra muchos vestidos y siempre son de Zara, ¿vamos a ver? — asentí
Hoy por ser viernes el centro comercial estaba un poquito concurrido pero no mucho, algunas personas se detenían a ver a James quien les sonreía brevemente antes de seguir caminando mientras otras personas lo grababan y... probablemente si suben esos videos me verán a mi a su lado y se preguntarán quién soy
— Te dije que gorra y gafas no serviría — lo escuché reír mientras entrábamos a la tienda
Una chica se nos acercó por si necesitábamos ayuda, le agradecimos y James le dijo que la llamaríamos cuando la necesitáramos. Fuimos para la zona de vestidos y empezamos a ver, note como aquí todos eran más casuales y tenía mas variedad para elegir
— Mira este — volteé a ver el vestido café corto que me mostraba — ¿te gusta?
— Puedo probármelo — asintió y se lo dejo en su mano
Seguí cogiendo algunos vestidos y cuando me volteé a mirarlo tenía como 10 vestidos más en sus manos que él en algún momento había elegido sin decirme, me reí sorprendida
— ¿En que momento me mediré todo eso?
— Tenemos mucho tiempo
Una de las chicas que trabajaban ahí nos llevo hasta los vestidores, agradecí y entre como con 30 vestidos. Empecé a medirme algunos y descartando los que no me gustaban, me puse el último que era uno negro demasiado corto y salí quedándome en el marco de la puerta con los brazos cruzados