Capítulo 01: Malas impresiones

249 34 9
                                    

Orion Pax y Megatronus se conocieron siendo apenas unos jóvenes mechs, en la época en que Cybertron era un planeta lleno de potencial pero también de profundas divisiones sociales. Orion, criado en Iacon, creía firmemente en el poder del conocimiento y el orden. Megatronus, en cambio, provenía de las sombrías minas de Kaon, donde se había forjado en la dureza de un ambiente hostil, rodeado de injusticias y abusos. Sus primeros encuentros fueron cortos, pero suficientes para sembrar una antipatía mutua.

La primera vez que Orion y Megatronus cruzaron palabras fue durante una sesión de debate en la Academia, donde ambos eran estudiantes. Orion, con su mente ágil y su tono calmado, exponía su visión sobre cómo el Consejo podía mejorar las condiciones en Kaon mediante programas de educación. Para él, la raíz del problema en Kaon era la falta de recursos y conocimientos, un desequilibrio que podría corregirse con reformas.

—Lo que necesitas entender, Megatronus, es que el conocimiento tiene el poder de transformar nuestras vidas. Si Kaon tuviera acceso a los mismos recursos que Iacon, los conflictos disminuirían —dijo Orion, con una convicción que no dejaba lugar a dudas.

Megatronus, sin embargo, frunció el ceño. Para él, las palabras de Orion eran teóricas y vacías, el discurso de alguien que jamás había vivido en las sombras.

—¿Acceso a recursos? —replicó con un tono cortante—. No necesitamos sermones desde el púlpito de Iacon. En Kaon, no se trata solo de conocimiento, Orion. Se trata de supervivencia. Las palabras bonitas y los programas académicos no detendrán la opresión. Lo único que lo hará es la fuerza. "La libertad no se otorga, se toma."

El intercambio de miradas entre ellos fue intenso, y aunque Orion intentaba contener su exasperación, había una chispa de desafío en sus ojos.

—Quizá no puedas entenderlo porque siempre has confiado en la violencia —dijo Orion en un tono más bajo, apenas audaz—. Hay otros caminos, Megatronus. Caminos que no implican destrucción.

Megatronus lo miró como si Orion fuera una criatura de otro mundo, alguien completamente fuera de la realidad de Kaon.

—Y tú confías ciegamente en que tu "conocimiento" resolverá todo. Tal vez si pasas un día en las minas verías la verdadera realidad —espetó Megatronus, antes de girarse y salir, dejándolo con sus pensamientos.

Desde ese día, ambos se vieron como rivales ideológicos. A menudo coincidían en reuniones y debates organizados por la Academia o el Consejo Joven de Cybertron, y cada vez que discutían, la tensión en el ambiente era palpable. Ambos veían en el otro una figura simbólica de aquello que más despreciaban: para Megatronus, Orion representaba la pasividad de la élite de Iacon; para Orion, Megatronus era la encarnación de una violencia que él creía innecesaria.















Años después, ya como adultos jóvenes, ambos habían ganado prominencia en sus respectivos campos. Orion Pax era conocido por su lealtad al conocimiento y al orden, y Megatronus se había convertido en una figura destacada en los círculos de la clase trabajadora y en los coliseos de Kaon. Pero sus caminos, a pesar de su rivalidad, estaban a punto de cruzarse de una manera que ninguno de los dos habría imaginado.

El Alto Consejo de Cybertron había estado observando la creciente brecha entre las ciudades de Iacon y Kaon, y temía que la situación se volviera insostenible. En un esfuerzo por unir a los dos polos de la sociedad, el Consejo tomó una decisión arriesgada y controvertida: un matrimonio simbólico entre Orion Pax y Megatronus.

En una reunión solemne en la Gran Cámara del Consejo, Alpha Trion, el mentor de Orion y uno de los consejeros más respetados, anunció la decisión ante ambos.

Compañeros de chispa - MegOp ☄️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora