Capítulo 4: Escape perfecto.

95 9 1
                                    

Lunes 16 de Enero. 07:02 am.

Estaba recostada en la cama, con un presente dolor en la muñena. Luego de que Emiliano saliera con la otra persoba me había quedando dormida  pensando en que iba a suceder mientras estába aquí.

Comenzaba a escuchar gruñir mi estómago, lo cual había logrado darme una idea de un plan demasiado estúpido para salir de aquí, que probablemente saldría mal. Estando a apunto de gritar, vi a un castaño claro con subtumipica sonrisa coqueta entrando a la recamara con una bandeja llena de comida.

-Termina toda la comida.-Posicionó una cuchara con avena frente a mis labios.

-¿Qué harás conmigo? ¿Por qué haces ésto? - Mi vos temblaba del nerviosismo.

- Oh, cariño, eres una pieza clave para muchas personas, no puedo dejar que estés vagando por ahí.

- ¿A qué te refieres con pieza clave?

-No hagas preguntas y solo come, no quiero que estés débil.

-¿Cómo piensas que coma si una de mis manos esta esposada?

-Tienes razón ¿Cómo no lo recordé? Te voy a liberar para que comas y te vayas. -Se acercaba poco a poco con un par de llaves en sus manos.

-¿En serio lo harás? - Lograba tener algo de esperanza de que fura verdad.

-No, tienes otra mano, ingeniatelas.- Guardo las llaves en el bolsillo de su pantalón y salió de la recamara.

Comence a comer el tazón de avena que había en la bandeja, mientras observaba la demás comida que había en esta; galletas, algo de fruta, tostadas con mermelada, una malteada de lo que suponía era fresa, un vaso con leche, huevos con algo de jamón y tocino. Parecía que me quería engordar, pero debo reconocer que cocina demasiado bien, como siempre.

Lunes 16 de Enero. 07:57 am.

Mi estomago estaba listo para reventar, al igual que mi vejiga después de tanto liquido y no se cuanto tiempo sin ir a cumplir mis necesidades fisiológicas.

Mi mente me suplicaba que llamara a Emiliano para que me soltara y poder ir a hacer pipí, pero por otro lado me estaba muriendo de miedo de lo que pudiera ocurrir o si a caso me pudiera agredir.

Sin más, ya no podía estar así un momento más.

-¡Emiliano!- No sabía cuáles eran las mejores palabras para llamar su atención. Después de un par de segundos pude escuchar sus pasos.

-¿Qué quieres? - Apareció por la puerta con una cara mal humorada y el cabello alborotado.

-Necesito ir al baño... - Baje la mirada un tanto avergonzada.

-¿Es muy necesario? - Sólo logré a sentir como respuesta.

Sacó las llaves de su bolsillo y se acerco a mí, retiro la bandeja mirándome a los ojos.  -Sólo ten en cuenta que no podrás escaparte de mi, primor. -Posterior a sus palabras que me habían dejado paralizada, me soltó de la cama dejándome aún inmóvil.

-Me quedare aquí, ya sabes donde esta la puerta que buscas.

Lunes 16 de Enero. 08:22 am.

Asomé la cabeza para cerciorarme que Emiliano no estuviera atento en la habitación donde me encontraba, trate de buscar algo que me diera indicios de mi ropa anterior pero lo único que encontré fue una camisa de Emilia no, la cual, no tocaría.

Había organizado un plan para salir de aquí, dado que el baño tenía una ventana corrediza en la parte superior de la tina, pensaba salir por ahí, es lo suficientemente grande para que mi cuerpo la pasara.

Me pare frente a la ventana, tenia que apoyarme en la tina para poder impulsarme y salir por ahí; posicione un pie en un costado de la tina impulsándome hacia la ventana, luego apoye el otro pie en la pared haciendo así que me sentara en el borde de la ventana, bien, ya tenia medio cuerpo fuera ahora solo tengo que saltar. Apoye mis manos junto a mis piernas y me deje caer, podría llegar con Marcos en unos cuarenta minutos.

Sin salida. (En Edición). Donde viven las historias. Descúbrelo ahora