Alien blues- Soukoku one-shot

Alien blues

¿Fue lo mejor que te pasó?
¿Lo peor?
Nunca lo sabrás
Trataría de decirte lo que pienso y actuaría como si fuera una broma
Oh no, más sorpresas
Supongo que es así

Podría mentir diciendo que quizás no te amaba demasiado, pero todos sabemos que haría todo lo que fuera por ti, señor alteza…Nakahara Chuuya .

Una realidad bastante cruda de afrontar es el hecho de que siempre fue un inadaptado social, nunca logró entender a las personas que lo rodeaban en lo más mínimo. Ni siquiera a él mismo.

Tenía este doloroso y cansado dilema acerca de su forma de relacionarse con los demás donde utiliza aquella máscara sonriente casi todo el tiempo, aquella que oculta lo vulnerable que se siente ante las personas; el cansancio en sus comisuras por forzarlas en algo tan falso como eso; su mente juzgando y escuchando cada cosa que sale de ellos con repulsión y ansiedad mientras solo asiente en silencio, sintiéndose sumamente ajeno y avergonzado de estar ahí; sus pensamientos abrumandolo con el constante miedo de que será descubierto y no tardaran mucho en notar lo distinto que es de ellos, enfrentándose a las miradas ajenas llenas de desprecio y juicios probablemente erróneos sobre su persona. Le aterraba profundamente cualquier cosa que tuviera que ver con los seres humanos. El, no se consideraba uno. Sentía que era mucho más fácil hablar con un perro porque él no podría entenderlo ni mucho menos haría preguntas tediosas.

Por eso cuando conoció a aquel chico pelirrojo con problemas de ira: cambió su mundo por completo, sintiendo como si alguien lo sacudiera de los hombros hasta hacer que se desmaye y al despertar, ser alguien totalmente distinto. Era la primera persona por la cual sentía un profundo interés genuino, al primer humano que sentía auténtico: sin ninguna pizca de hipocresía en su personalidad o forma de ser. Si algo le molestaba lo expresaba, si algo lo incomodaba no dudaba en hablar, si no quería hacer algo simplemente no lo hacía: todo lo contrario a él. Algo que él, nunca podría ser.

Al inicio no dudo en sentirse cautivado, parecía una polilla volando directo hacía la luz del fuego, sabiendo que si lo tocaba se quemaría de una forma casi irreversible y finalmente,  moriría consumido por sus llamas. Eran tan opuestos, pero los opuestos no pueden evitar sentirse atraídos, ¿verdad?. La ley básica del magnetismo que existía entre ellos era algo que, ni siendo el mismo demonio prodigio, podía explicar.

Mirando el techo cansados después de una misión, Chuuya observando detenidamente y él, girando su cabeza solo para observarlo. Se veía tan vivo y lleno de vida, un pensamiento que no lo deja tranquilo en ningún momento.

“¿Te gustaría un poco más si fuera tan humano como tú?”

El pelirrojo no puede evitar sentir la mirada sobre él. —¿Por qué me estás mirando, idiota?.— Mantuvo el ceño fruncido expresando su desconcierto en vez de fingir que no le molestaba y no decirme absolutamente nada.

—¿Las miradas incómodas al chibikko?— Trató de preguntar burlón, aunque sabía que internamente me aterraba lo que realmente pensaba respecto a esto.

Chasqueo la lengua, odiaba que desviara el tema en todo —Solo me parece extraño, es todo.

Quizás ya no podía permitirse verlo tanto tiempo, pero no quería dejar de hacerlo: Solo verlo podría hacer que sienta revoloteos en su estómago y sus pupilas dilatarse. El silencio inundó la habitación, era tranquilo más no incómodo. Hasta que el pelirrojo volvió a romperlo.

—Sabes hoy estuve pensando demasiado.— Mantenía su mirada en el techo.

—¿En qué?.— Giró su cabeza posando sus orbes avellana en el otro chico.

—En The flags y todo lo que ha sucedido, no puedo evitar sentirme horrible. Pienso demasiado en Albatross, se acerca su cumpleaños pronto y eso solo me hace sentir peor.