El Arte de las sombras

La Revelación de Anastasia

Los ojos vendados me fueron quitados de golpe, y la luz deslumbrante casi me hace gritar. Me encuentro en una habitación elegante, decorada con tonos oscuros y muebles de diseño que desprenden un aire de misterio. El ambiente es tenso, pero a la vez, hay algo intrigante en el aire.

Frente a mí, un hombre mayor se acerca con una sonrisa calculada. Su porte es imponente, y su mirada revela un mundo de secretos.

—Hola, Anastasia —dice, su voz profunda resonando en la habitación—. Un placer conocerte. Sabía que este encuentro iba a suceder. Tu padre habló mucho de ti.

Mi corazón late con fuerza mientras lo escucho. ¿Quién es este hombre? ¿Por qué sabe tanto sobre mí? La confusión me invade, pero no puedo dejar que me vean vulnerable.

—Soy el agente Gabriele —continúa, extendiendo la mano hacia mí—. La razón por la que estás aquí es porque la mafia más grande de Italia te busca para matarte.

Mis ojos se abren como platos. ¿Qué?

—¿Qué estás diciendo? —pregunto, sintiendo cómo el pánico comienza a apoderarse de mí.

—Eres la siguiente agente de tu familia —responde con calma—. Tu padre era un espía de esta agencia y fue el mejor. Te queremos contratar.

Una mezcla de indignación y furia burbujea dentro de mí. ¿Así que esto fue lo que planeaban? ¿Secuestrarme para convertirme en una espía?

—¿Para esto fue que me secuestraron? ¡No puedo creerlo! —grito, mi voz llena de rabia—. ¿No había otra forma?

Gabriele mantiene su mirada fija en mí, sin inmutarse ante mi enojo.

—Anastasia, la mafia iba a secuestrarte, no teníamos opción —explica con tranquilidad—. Estábas en peligro y necesitábamos actuar rápidamente. Lo siento si esto te ha molestado, pero era necesario.

La incredulidad se apodera de mí mientras intento procesar sus palabras.

—¿En donde estamos? —exijo saber.

—Estámos en Italia—responde Gabriele, su tono grave y serio.

El mundo se me viene abajo por un momento. Todo lo que creía saber sobre mí misma se tambalea ante esta nueva realidad. La mafia está tras de mí, y ahora tengo que decidir si aceptar este oscuro destino o luchar contra él.

El aire está cargado de tensión mientras lo miro a los ojos, sintiendo que mi vida ha cambiado para siempre.

Gabriele me hace una señal para que lo siga. Aún en estado de shock, mis pies parecen moverse por inercia. La realidad me golpea como un tren, y cada paso que doy hacia el pasillo oscuro solo aumenta la confusión en mi mente.

—Aquí es donde operamos —dice Gabriele, abriendo una puerta que revela una sala llena de agentes concentrados en sus computadoras. Las pantallas parpadean con información codificada, y el ruido de teclas golpeando se mezcla con murmullos de conversación.

—Hay muchos secretos que tu padre nunca le dijo a tu madre —continúa, su tono grave envolviendo cada palabra con un aire de misterio—. Estás a punto de entender algo muy importante, Anastasia. No te asustes.

El corazón me late con fuerza mientras mi mente intenta procesar lo que está por venir.

—Tu padre era el siguiente sucesor de una de las familias más grandes de la mafia —dice, y siento que el mundo se me desmorona aún más—. La mafia está dividida entre los Salvatore y los Richard. Tu padre viene de los Richard, y tú eres la última heredera a ese puesto.

La revelación me deja sin aliento. Recuerdos de mi infancia, las historias que siempre creí inofensivas, ahora adquieren un significado oscuro.

—¿Y quién tiene ese puesto ahora? —pregunto con voz temblorosa.