—¡Por favor, papá! —le pido. Ya llevo en su oficina más de una hora insistiendo —Sé que puedes darme uno.—Bey, no sé trata de que si puedo o no. Por qué es obvio que podría, pero se trata de lo que estás pidiéndome —Dice, ya cansado de lo mismo que siempre le pido —. Además ese dragón ya dejó de existir hace mucho tiempo —Continúa —Puedo darte otro más… extravagante, si quieres. —sugiere, intentando persuadirme, pero no lo va a lograr.
—Ya te he dicho muchas veces que eso no es cierto, cuando vas a dejar de hacerle caso a los libros y a los escribas. Puedes por una vez escucharme. —proclamo, con molestia en mi voz. Si algo es cierto, es que mi padre nunca me hace caso, siempre dice que ser el emperador es una tarea difícil de cumplir y de elaborar.
No lo niego, yo misma lo he visto hacer cosas que no lo enorgullecen. Cuando eres el emperador de un gran imperio como es el “ Imperio oscuro”, tomas decisiones no muy agradables.
Aunque, eso no quiere decir que no lo quiera, amo a mi padre porque siempre ha estado para mí, incluso en los momentos menos importantes. Él siembra su presencia cuando es necesario, y eso es algo que amo.
Así también, tenemos nuestras diferencias y conflictos a veces. Nuestras ideologías son totalmente opuestas y errantes. Una de ellas, es sobre el legendario dragón Blackwood, es uno de los dragones más grandes que pudieron existir.
Dicen que no ha aparecido hace más de cinco mil años, que es grande, formidable, que tiene ojos color blanco y si lo vieras te congelaría de miedo. Pero la mejor parte, y por lo que lo quiero, es por su asombrosa apariencia y su capacidad de escupir fuego, pero no cualquier fuego. Si no, que es uno de los fuego más ardientes de todos los dragones que pudieron de existir.
Mi padre tiene una versión menos interesante sobre el dragón Blackwood. Según él y los escribas, el dragón solo saldrá de su cueva cuando la hija de las sombras tome el trono de los reinos y se encuentre con su sombra predestinada.
Aunque es algo poco creíble, mi padre lo cree. Está totalmente seguro de que cuando la hija de la sombra ascienda al trono de los reinos traerá soberbia y conflictos. No está escrito cuándo o a qué hora será su sucesión al trono. Es por eso que mi padre quiere preparar me lo mejor posible, pero en esa preparación no he contribuido mucho que digamos.
Quiero ser emperatriz del “imperio oscuro”, por qué eso me han inculcado. No es una obligación que tuviera que cumplir.
Aunque igual no tienes opción.
Si no que, es algo que he anhelado toda mi vida. Ser emperatriz de todo este imperio me daría más estatus y más respeto de lo que tengo. Pero eso implicaría sacrificar todo de mi. Ya sea tener que cambiar algo de mi o tener que sacrificar el tiempo libre, hablar con mis hermanas, estar con la gente del pueblo, etcétera.
Me siento delante de él y lo miro con superioridad. No me gusta que nadie, ni siquiera mi padre, no me hiciera caso. Lo voy a tomar de las manos cuando él lo hace primero y me mira afligido.
No, no, no, no.
—Bey querida —No, no otra vez esta conversación —Sé que no te gusta que hablemos de esto, pero es importante tanto para mí como para los escribas y los consejeros —continuó —... que nos lo digas. ¿Tu sombra ya apareció? —pregunta, con preocupación en su voz.
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La Sombra De Bey: Un Reinó Sin Conocer
Viễn tưởngla sombra unas de las cosas que más nos caracterizan. es lo que nos mantiene en el lugar, en este reino la sombra es lo que te hace fuerte. Si en debés de huir de ella la aceptamos y admiramos su bella oscuridad. ¿Crees ser capaz de aceptar este osc...