II

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Dentro de la casa los olores a perfume, alcohol, cigarro, sudor y pies apenas dejaban respirar algo de aire limpio, había más chicas ahí adentro en total la oficial contó a 6 chicas todas jóvenes, no le sorprendería saber que alguna era menor de edad, todas iban descalzas, con el cabello suelto, y sin usar sostén.


-¿Quien es la que necesita ayuda?. -preguntó.


-Es ella. -señaló otra de las chicas, era hermosa de cabello café oscuro. -Su nombre es Sofía, se quedó dormida de repente y la hemos intentado despertar pero no reacciona.


Sofía yacía aparentemente dormida sobre un sofá, sus pies brillaban un poco, algo que la oficial notó cuando la reviso pero no le dio demasiada importancia.


-¿Sofía? Soy la oficial Teresa, ¿te encuentras bien? Responde.


Un par de murmullos sonaron a sus espaldas, murmullos que se convirtieron en risas, y de pronto Teresa sintió como unas manos la sujetaban por la espalda, no eran muy fuertes, pero eran muchas.


-¿Qué le sucede oficial? ¿No puede liberarse? Nos interrumpió en nuestra juego especial ¿sabe? Y no se lo vamos a perdonar.


-Espero que haya avisado en su casa que iba a llegar tarde por que se quedará aquí un muy buen rato. -dijo Sofía quien se levantó rápidamente mostrando que no estaba dormida.


Todo era una trampa y ahora su destino era incierto. De pronto, como un golpe de frío recordó que no venía sola, su hija, Daniela la estaba esperando en la patrulla.


UNA TRAMPA SUCIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora