[ᴄɪ/ᴛɪ] ¡ᴅᴇʟ ᴇᴅᴅɪᴇ ᴅᴇʟ ꜰᴜᴛᴜʀᴏ!

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Toronto, o al menos lo que quedaba de él, ardía bajo un cielo teñido de rojo

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Toronto, o al menos lo que quedaba de él, ardía bajo un cielo teñido de rojo. El imponente perfil de la Torre CN, que una vez se alzaba majestuosa sobre la ciudad, ahora yacía en el suelo, retorcida y destruida, como un coloso derrotado. Las llamas devoraban los restos de los edificios, mientras el humo ascendía en espirales hacia el horizonte, donde el sol apenas lograba atravesar el espeso manto de cenizas.

Las calles estaban vacías, salvo por los escombros que cubrían cada rincón, las señales de una batalla tan reciente como feroz. Coches volcados, ventanas destrozadas y estructuras colapsadas, todo apuntaba a que algo más grande que un simple conflicto había arrasado con el lugar. El viento, cálido y cargado de cenizas, soplaba a través de las ruinas, moviendo papeles quemados y restos de lo que alguna vez fue una ciudad vibrante y llena de vida.

Entre los escombros, lejos de la devastación principal, algo comenzó a moverse. Los pedazos de concreto y metal retorcido se sacudían, como si alguien o algo estuviera luchando por salir. Y entonces, con un esfuerzo final, un chico malherido emergió de entre las ruinas, tosiendo y jadeando por el polvo.

¡Geni -puto- al! La ciudad está destruida, estoy hecho mierda, y esto apenas empieza... —murmuró el chico mientras se levantaba tambaleante, sacudiéndose el polvo de su ropa destrozada. Se llevó una mano al costado, donde una herida sangraba lentamente, pero no parecía demasiado preocupado.

De repente, sus ojos se alzaron, mirando directamente hacia... bueno, hacia ningún lugar en particular. Frunció el ceño.

¿Narrador? ¿En serio? ¿Otra vez? —dijo, su tono impregnado de fastidio. —Mira, entiendo que tienes un trabajo y todo eso, pero... no, ¿sabes qué? ¡Vete a la mierda! Esta es mi historia, ¿ok? ¡Yo la cuento!

Hizo un gesto con la mano, como si estuviera despidiendo a alguien- H-Hey...¡ESPERA! ¡DÉJAME! ¡ALÉJATE DE MÍ-!

—En fin... Hola, soy Eddie Stal, pero los amigos me llaman Ed, aunque si leíste la descripción, seguro que lo sabes... Sí, ya sé, esto parece un caos absoluto. ¡Y lo es! Pero, ¿qué esperabas? ¿Un hermoso amanecer en un campo de flores? ¿En donde crees que estamos? ¿Wattpad?

En serio, esto es una completa mierda. Mira, no es que sea de encariñarme con los lugares, pero Toronto... bueno, este Toronto en particular, empezaba a caerme bien. Las calles, las luces, los cafés que cerraban demasiado temprano... y ahora, ¡puf! Todo en llamas. Claro, típico. Y antes de que empieces a pensar, "Oh, ¿fue culpa de Eddie?", pues no, idiota, no me culpes a mí por esta destrucción. Yo solo estaba aquí, viviendo mi vida, saliendo con la chica que quería, con la gente que me caía bien, y de pronto, ¡puf!, caos y destrucción

De hecho, si tienes que culpar a alguien, mejor échale la culpa a ese cabronazo de ahí.

¡Eh, tú! ¡Sí, tú, el que se arrastra de entre los escombros como si tuviera un palo metido en el culo!

¡𝐄𝐃𝐃𝐈𝐄 𝐃𝐀 𝐄𝐋 𝐒𝐀𝐋𝐓𝐎! || 𝐒𝐜𝐨𝐭𝐭 𝐏𝐢𝐥𝐠𝐫𝐢𝐦 𝐀𝐔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora