Jungkook se quedó quieto por un instante, mirándolo. Su mirada era intensa, una mezcla de alivio y preocupación que hizo que el aire en la habitación se volviera espeso. Con un gesto urgente, se acercó a Jimin, lo levantó con cuidado del suelo y lo acostó nuevamente en la cama, tratando de no causarle más dolor. Sus manos eran cálidas y firmes, y a pesar de la situación, sus gestos fueron sorprendentemente delicados.
Jimin apenas tuvo tiempo de procesar lo que estaba sucediendo cuando sintió cómo Jungkook lo rodeaba con sus brazos en un abrazo inesperado. El calor del alfa lo envolvió, y la cercanía de su cuerpo hizo que el corazón de Jimin se desbocara. Jungkook se inclinó hacia él, acercando sus labios a su oído.
—Te extrañé tanto, Jimin. —La voz de Jungkook era un susurro cargado de emoción, suave y desesperada, como si esas palabras hubieran sido retenidas por mucho tiempo.
Jimin se quedó helado. Sus ojos se abrieron de par en par, y una mezcla de incredulidad y rabia se pintó en su rostro. ¿Te extrañé? ¿Qué demonios estaba pasando? Su cuerpo reaccionó antes que su mente, apartándose del abrazo con un movimiento brusco.
—¿Qué estás diciendo? —soltó Jimin, con los ojos encendidos de confusión. Pero antes de que pudiera exigir una explicación, la puerta de la habitación se abrió y entró el médico, interrumpiendo el momento.
El doctor, un hombre mayor con gafas redondas y una expresión de seriedad profesional, caminó hacia la cama y comenzó a examinar a Jimin. Sus manos eran rápidas, tomando el pulso, revisando las heridas, haciendo preguntas cortas sobre cómo se sentía. Jimin no pudo hacer más que quedarse allí, mirando con una mezcla de ansiedad y agotamiento mientras el médico tomaba notas y murmuraba palabras incomprensibles. ¿Dónde estoy? ¿Qué está pasando aquí?
Cuando el doctor finalmente terminó y salió de la habitación, Jimin dejó escapar un suspiro, pero su alivio fue breve. Jungkook regresó rápidamente, esta vez acompañado por otros dos chicos. Uno era más alto, con cabello oscuro y una mirada serena; el otro tenía una sonrisa suave y ojos que parecían brillar con calidez. Antes de que Jimin pudiera reaccionar, ambos se acercaron y lo rodearon con abrazos.
—¡Jiminie! —exclamó el más alto, sujetándolo con un cuidado tierno. Su voz era grave pero llena de cariño. El otro chico le siguió, acariciando suavemente el cabello de Jimin y sonriendo de manera radiante.
—Nos tenías tan preocupados, —añadió el segundo chico, con una voz dulce que casi lo hizo olvidar el caos en su mente—. No vuelvas a asustarnos así.
Jimin se quedó inmóvil, como si el tiempo se hubiera detenido a su alrededor. Las caricias y palabras llenas de amor lo abrumaban, pero lo que más lo confundía era el extraño sentimiento de familiaridad mezclado con un vacío. No recordaba sus rostros, ni sus voces, pero había algo en sus gestos que tocaba un rincón de su corazón. ¿Quiénes son estas personas? ¿Por qué actúan como si me conocieran tanto, como si fueran importantes para mí?
Parpadeó, sintiéndose casi mareado. Lentamente, levantó la vista, observando a cada uno con una mirada perdida.
—¿Quiénes son ustedes? —preguntó finalmente, con un hilo de voz, sus palabras salpicadas de incredulidad y confusión—. No los conozco.
La sonrisa de Jungkook se desvaneció, y su rostro pasó de una felicidad inmensa a una expresión de preocupación. El chico alto y sereno dejó caer los brazos a los lados, como si le hubieran arrancado algo valioso, y el de la sonrisa suave frunció el ceño, una sombra de miedo cruzando por sus ojos.
—¿Qué... qué quieres decir? —murmuró Jungkook, su voz quebrándose, mientras se inclinaba hacia Jimin, buscando desesperadamente en sus ojos alguna chispa de reconocimiento—. Jimin, somos nosotros. ¿No te acuerdas?
El silencio se hizo insoportable. Jimin sintió su pecho comprimirse con una mezcla de vergüenza y pánico. Los latidos de su corazón eran tan fuertes que apenas podía escuchar sus propios pensamientos.
¿Por qué no puedo recordar? ¿Qué me pasó? Pensamientos dolorosos y fríos como agujas atravesaron su mente. Se sentía como un extraño en su propio cuerpo, como si le hubieran robado algo fundamental. Miró a los tres alfas que lo rodeaban, viendo la preocupación y la desesperación en sus caras, y un sentimiento de culpa lo golpeó con fuerza. Estoy roto, pensó. No pertenezco aquí, no sé quién soy para ellos.
Que opinan? Están entendiendo o están igual de perdides que los chicos. (Namjoon y Jin)
Si ese es el problema tengan paciencia, más adelante todo tendrá sentido.
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Omega De Mafia
FanfictionLa boca del lobo es todo un laberinto lleno de oscuridad y Jimin es un omega dispuesto a encontrar una salida.