Prólogo

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Mi vida nunca había sido especial, desde muy pequeña he tenido muchos contras. No tenía apoyo alguno de mis padres, sus peleas opacaban los sentimientos hacia sus hijas. Cada día después la muerte de mi hermano Jules era peor que el otro, todo era tristeza, agonía y desilusión. No tenía hombro en el cual podía llorar, estaba completamente sola, sin una amiga, sin mi hermano, sin nadie. Yo no tenía idea de lo que era la felicidad, de lo que era sonreír, y lo que se sentía ser querido, cuando se fue Jules todo eso dejó de existir para mi.

Me refugiaba en el dibujo, era haciendo eso que podía de alguna manera descargar mis sentimientos, explorar mi mente y llegar hasta lo más recóndito de mis pensamientos.

Aislada, pasaba noches en vela llorando, añorando la presencia de esa maravillosa persona que se ya no estaba, se había ido, y con el, la esperanza, los sueños, las risas, la felicidad. Todo. Pero fue entonces, cuando pensé que ya no podía más, que había tocado fondo, que una persona se metió en mi corazón, en mi cabeza y derribó aquellos muros que he construido para alejarme del dolor. Fue él, que con su hermosa y viva sonrisa, y bellos ojos, le dió vida a mi alma, y color a mis días. Y como era de esperarse caí rendida ante sus encantos, el fue mi inspiración, el motivo de mis risas y suspiros. Era él, el chico del dibujo.

|El Chico del Dibujo| |NiallHoran|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora