1

9 5 3
                                    

–Lo siento, terminamos–

Esas serían las últimas palabras que la hembra con un moño rojo en la cabeza exclamó antes de dejar el pequeño bote donde ella y su ahora ex pareja estaban anteriormente, siendo este último el que se quedó más tiempo en dicho bote, mirando bajó y con la mente algo nublada.

Debió haberlo deducido, las cosas no habían salido tan bien en ninguna de las citas que estos tuvieron, pero no sé esperaba ser botado tan rápido a comparación de como duro su antigua relación... Hasta le dolía de más por aquello.

Miró la flor marina que le planeaba dar a la chica, para luego tirarla al agua y cruzar los brazos, soltando un suspiro pesado he irritado. Dios, ¿Era tan malo en esto? El juraba que daba todo su empeñó pero... Cada que intentaba dar una buena impresión en el amor lo arruinaba, ¿Será alguna maldición? Lo empezaba a suponer.

–... Ya esta, ¿A quien engañó? esto no es para mí– hablaba consigo mismo el de un solo ojo, frunciendo el ceño mientras reflejaba su rostro al mar –Es notorio que todo el universo tiene un problema con que consiga el amor... Está bien, ¡Me rindo!– Se pararía rápidamente, casi cayéndose al tener dos patas de palo, pero ni muto a ello –¡Ganaste universo! ¡Me quedaré solo si es eso lo que deseás! ¿¡Feliz?! ¡ESPERO QUE SI!– Gritó a los cuatro vientos, doliendole un poco la garganta por el volumen en el que gritó...

El se volvería a sentar con algo de aburrimiento, todavía irritado y... Triste, decepcionado... ¿Cómo no estarlo?.

–... El amor no es para mí... Ya lo sé, ya lo acepté... Más claro no me lo podían poner–

El silencio he incomodidad reinaría en el unas buenas horas, aunque después de soltar otro suspiro y tomar algo de aire decidiría despejar su mente... Tal vez olvidarse de sus desgracias lo ayudaría a sentirse mejor.

***

–¡¡Por fin llegaste!!–

Una oveja con piel lavanda y lana blanca iría corriendo hacia un jabalí azul opaco con mucha emoción, dándole una cálida bienvenida con un cálido abrazo... El chico no era mucho de este tipo de afectos, pero como ella era su amiga decidió dejarlo en segundo plano.

–Bueno las indicaciones que me diste eran un poco complicadas si digo la verdad, ¿Las revisaste antes de mandarme las siquiera?–

–... Ehhh.... ¡Bienvenido!–

Por el cambio de tema supo deducir que la oveja ni se molestó en revisar que las indicaciones estuvieran bien, aunque no la culpaba del todo, por el momento tal vez se dejó llevar por la emoción que otra cosa.

–¡Ven! Te enseñaré el lugar, por el momento Te quedarás en mi casa hasta que consigas una propia, así que no te preocupes por ello– Explicó la de moño lavanda, tomándole de la mano al marinero, quien aunque mantenía una mirada seria y aburrida, admitía que estaba intrigado por el lugar.

–Solo mira por dónde vas, no me quiero chocar con algún auto o algo–

–Tranquilo, que si nos chocamos igual vamos a estar bien–

–No cre-

–¡Tu confía!–

–... Bien... Confío–

Deep Sea Wild BoarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora