- ¡Podríamos hacer que se vuelva un algodón de azúcar! ¡Me da miedo como camina por los pasillos, con esa mortal palidez!
- No podemos obligarlo a que se enamore, no por estar enamorado cambias -Tony se señaló a él y a Peper- tú eres una excepción, aunque sigues gruñón; el punto es que Bucky está sanando los traumas. Y aunque pudiera, desde que lo conozco es mujeriego. No funcionaría.
- Yo creo que sí -hablo por primera vez en la noche Barton- todos podemos cambiar, ser diferentes, no creo que perdamos nada intentándolo.
- Pienso lo mismo -Banner se subió los lentes con el dedo índice, dejo la copa a un lado y se posicionó, como si fuera a dar el mayor discurso de su vida- no podemos interferir en la vida de alguien, menos en lo que debería gustar o pensar. O en quién. Sin embargo, podría ser feliz.
- ¿Y quién podría sacrificarse?
- No pienso que sea un sacrificio -gruño Natasha.
- ¿Ah? ¿Tú lo harías?
- Trato hecho. Si me toca un solo pelo los mato a todos.
- Excelente bailarina, si tú consigues que mejore su ánimo, te daremos lo que quieras, dentro de ciertos límites, si los otros ganan, tendrás que recibir un reto, el que nosotros queramos -al lado de Nat se ubicaron Bruce, Clint y Tony quedó al medio, indeciso. Al otro lado quedaron Steve, Sam, y Peper que no estaba de acuerdo con que jugaran a los casamenteros, la apuesta comenzó y todos alzaron la copa celebrando.
Bucky caminaba adormilado, con su pijama de capitán América y una polera blanca sin mangas, cuando se topó de sorpresa a Natasha, que estaba tomando un café en plena mañana, no había nadie más. ¿Qué hacía ella despierta tan temprano?
- ¿De qué vitrina saliste, muñeco?
- ¿Disculpa?
- Muchos se ven como nahual atropellado al despertar, pero tú -silvo- luces muy bien.
- Gracias, soldado -la chica se levantó con su taza sin café y la dejó dentro del lavaplatos, acorralando al joven de ciento y algo de años que intentaba alcanzar una taza que estaba secándose.
- Puedes decirme Natasha. O Nat.
- Está bien.
- ¿Siempre has sido tan educado con las chicas? Estoy segura de que bajo esos grandes músculos y el cuerpazo que te traes tienes a un sexy hombre, ¿sigue muy oculto?
- No entiendo que es lo que tratas de decirme, podrías ser más clara.
- Oh, lo siento, he sido muy descortés. Debes estar muy cansado, son a penas las 6 am. No me mires así, Bucky-buck -le dio un codazo en el brazo vivo.
- ¿Así cómo? -se acercó peligrosamente, más que para besarla parecía que iba a morderla, como un perro con rabia. Era peor que Steve, al menos a él había podido atontarlo. No es que le gustara, pero siempre solía ser fácil conseguir lo que quería, tenía cierto atractivo físico, pero con él no funcionaba del todo. Deseaba saber como tratar con él y ganar la apuesta. Ni siquiera sabía por qué había aceptado. Sintió su aliento caliente sobre su rostro y pensó que si no podía ganar esta ronda, al menos lo confundiría un poco.
Por otro lado, Bucky no dejaba de pensar en lo extraño que actuaba la gente ahora, le estaba entrando el pánico tener una persona tan cerca, y no quería apartarla, por miedo de pasar a herirla si la movía. No controlaba tan bien su fuerza. En otro momento habría sido un galán con una chica como ella, ahora solo quería tomar su café y correr a encerrarse en su habitación.
- ¿Y si mejor vas a dormir? Con ese rostro está para invitarte a dormir, y no dormir. Ve a desmarcar esas ojeras, mapache -prendió la cafetera, separándose de él y esperó a que empezara a hacer su trabajo; sin embargo, comenzó a fallar.
- ¡Ah maldición, este cacharro no funciona!
- Mira, solo debes hacer esto -se acercó con cuidado, sin darse cuenta de que ella estaba mirándolo más a él que a la cafetera- primero, tiene muy poca agua -le echo agua de la llave, que era potable y luego la dejó en su lugar- debes añadir un filtro de café, aquí, tiene que ser una cantidad adecuada, como esta -movió el café dentro de su envase para qué comenzará a caer y luego dejó el envase sobre el mesón y lo tapó- ahora la prendes y listo.
- Tienes la sonrisa que quiero regalarle a mis hijos -soltó de repente la pelirroja, sin pensárselo mucho, él quedó atónito, sin darse cuenta de que algo tan simple como enfocarse en una cafetera y dejar de pensar por un momento iba a dejar que su rostro se lograra relajar, trago saliva y miró hacía otra parte, tímido.
- Pues, algún día encontrarás a alguien que pueda dártela.
- Barnes, no tengo útero -confesó, en un susurro lastimero- me lo sacaron de joven, cuando experimentaron conmigo -los ojos del hombre brillaron de empatía- solo podría adoptar, pero eso no importa.
- ¿Quiénes te hicieron eso?
- Pasa cuando la Sala Roja te regala una histerectomía involuntaria -rio, con sarcasmo- Entran ahí y te arrancan los órganos reproductores. Una terrible instalación soviética, le gusta reproducir soldados, o al menos lo hacía en mis tiempos, ya ni se que fue de ella.
- Lo lamento.
- No te preocupes, ahora cuido a los vengadores, son unos críos muy inquietos, Peper ya tiene que cuidar a Stark, y Clint a su mujer. El resto no para de hacer tonteras, son muy tiernos.
- Sí, cada vez somos más -estuvieron un minuto o quizás cinco mirándose, hasta que llegó Steve, que iba solo en toallas saliendo del baño. Debía haber estado entrenando, vaya viejo, se levantaba con el cantar de los gallos.
- Buenos días.
- Hasta pronto, soldados -les guiño el ojo y se marchó, el rubio tuvo que volver a su amigo a la vida, para que dejara de mirar el pasillo por donde ella se fue.
- Estaba muy rara -suspiró, agotado.
- ¿Por qué lo dices? -Steve apago la cafetera y, tras sacar otra taza, les sirvió a ambos un poco de café negro.
- Me dijo unas cosas raras, como... ¨quiero que mis hijos tengan tu sonrisa¨ o algo así, ¿qué significará?
- Bueno, Bucky -le puso una mano en el hombro ficticio y con la otra extendió la taza que fue tomada con rapidez- tu no la conoces tanto, sin embargo, quiero que sepas que ella es muy coqueta. Le encanta jugar. Es como una víbora, te envuelve, te envuelve, y luego wrrr ¡te ataca!
- ¿Pero por qué se daría el tiempo de coquetear conmigo?
- No has perdido los encantos, viejo, muchas personas amarían pasar tiempo contigo, solo que los apartas. Intenta por un día dejar de pensar tanto, sí, lo se, la ansiedad es difícil de hacer de lado, más con esos pensamientos intrusivos que van y vienen. Más si no sabes regular. Pero estoy aquí. Estamos aquí. No se si volverás a ser como antes, pero eres mi mejor amigo, Buck, mi hermano de otra madre. Quiero volver a verte sonreír, haré todo lo que necesites para mejorar.
- Gracias Stev, por siempre confiar en mí cuando nadie más lo hacía, por rescatarme de mi inconsciencia y el experimento, tenerte a mi lado me da más razones para seguir -se dieron un abrazo palmándose las espaldas y luego siguieron sus caminos. Con un Bucky extrañamente más en paz.
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La apuesta --BuckyNat
FanfictionSteve ha apostado a Tony y Sam que Bucky no podría reformarse, era un mujeriego empedernido. Clint y Bruce no piensan lo mismo. ¿Quién tendrá la razón?