Together, You And Me, una historia de Boomerang

A Day In The Life

Un día cualquiera en la vida de Marta y Fina de Boomerang
historia del 2024

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Marta no había hecho nada realmente. Simplemente estaba parada en el pasillo de la tienda mirando una sudadera negra imaginando si le quedaría bien o no. Tampoco iba vestida con nada fuera de lo normal, de hecho más bien había salido de casa con el look típico de "voy a quedarme tirada en el sillón de mi casa toda la tarde": una polera viejísima de Nirvana, una sudadera cualquiera con un pantalón de buzo viejísimo. De hecho, cuando se lo puso tuvo la duda de si era el que tenía hacía miles de años desde ese tiempo en que Fina se los ponía para dormir...

Quizás era eso mismo lo que había causado todo, el hecho de que no tenía intención de causar nada, de ser tan inconscientemente linda, interesante y jodidamente sexy sin siquiera intentarlo. Pero fueran las razones que fueran, la verdad es que a unos 10 metros de distancia había alguien que no podía dejar de mirarla. La había dejado sola mientras iba a preguntar por el precio de unas camisetas y un pantalón que no tenían las etiquetas y cuando caminaba por el pasillo la vio en el medio y caminó hacia ella como hipnotizada. Mientras más se acercaba más le iba creciendo esa necesidad irrefrenable de tocarla. Siempre desde niña le pasaba eso, y con el paso de los años esa necesidad se había vuelto más intensa a medida que su relación había ido cambiando. Era algo cada vez más difícil de controlar cuando la asaltaba, y ahora que después de tanto tiempo, después de tantos años pensando y creyendo que nunca más tendría si quiera la chance de volver a verla... ahora que al fin podía llamarla y llamarse a sí misma su mujer... pff... no, es que había cero chances de no sucumbir a la necesidad.

Así que llegó junto a ella sin poder dejar de mirarla, aunque a medida que se acercaba no podía decidir que mirar.... si sus rizos alborotados.... o su rostro... o el trasero que se le veía perfecto en ese buzo roñoso... o sus manos... dios sus manos...

No se aguantó.

Es que era imposible...

Le agarró la mano para que soltara la sudadera que estaba revisando y la tomó de la nuca para atraerla a su boca. Ella se sorprendió al principio pero luego sonrió en su boca y le devolvió el beso, pero cuando las manos de Fina se metieron bajo su polera se puso nerviosa. Y es que Fina en ese gesto tan suyo que tenía desde esa navidad, ese que no podía evitar cada vez que sentía que necesitaba confirmar su existencia y que no era solo un sueño... le agarró el vientre, las costillas y cuando iba a agarrarle los pechos Marta medio se alejó y le dijo mientras se sonrojaba

"AMOR!", y ella solo le sonrió como si fuera una niña atrapada en una travesura...

"Cariño si no hay nadie aquí...", le dijo con ese tono agarrando los cordones de su pantalón

"Ya...pero hay cámaras y alguien puede venir...", Fina puso esos ojos con ese morrito y...

"No!, no... amor..." trató de ponerse seria, pero ella se acercó a su cuello para lamerlo

"Amor que ya no podemos ir al Primark..." dijo Marta en tono de suplica, Fina se alejó de su cuello riendo y lo rodeó con sus brazos

Se miraron sonriendo unos momentos.

Había algo que siempre había sido especial entre ellas, como si al mirarse como lo hacían ahora o al abrazarse tal como también estaban ahora... las manos de Marta en sus caderas, las de Fina en sus rizos... algo cambiaba a su alrededor. Como si el ambiente mismo se cargara de energía, de algún tipo de estática que les hacía imposible seguir percibiendo el mundo que les rodeaba, porque a medida que esa energía se incrementaba, el mundo desaparecía hasta quedar reducido solo a ellas dos y el tacto de sus manos en la piel o el cabello de la otra, el olor cítrico de Fina con el dulzón mezclado con tabaco de Marta...los ojos miel de Fina perdiéndose en los cada vez más celestes ojos de Marta... Hasta que de pronto definitivamente todo lo que no fuera la otra simplemente dejaba de existir.